miércoles, 17 de julio de 2019

TRANSFORMAR, MODIFICAR




TRANSFORMAR, MODIFICAR.

“La mente es un campo de cultivo donde se cosecha lo que se siembra”


Los nuevos descubrimientos de la ciencia postulan que el ADN y los genes son potencialidades que se pueden transformar si modificamos nuestras creencias e intenciones. Nuestro ADN tiene un efecto sobre cada pensamiento, palabra y acción y a su vez es moldeado por lo que pensamos y hacemos.


Recientes hallazgos científicos demuestran que el ser humano es algo mucho más complejo que una simple “máquina” de carne, piel y huesos. Paradójicamente, estos descubrimientos entroncan con los postulados de antiquísimas tradiciones, cuyas conclusiones están hoy en pleno auge.


Las nuevas teorías cuestionan abiertamente las actuales certezas acerca de cómo funciona el mundo y cuál es la verdadera organización del Universo.


La física cuántica habla de un Universo que se compone de una “totalidad interconectada, ininterrumpida”, los ejemplos de los fenómenos NO  locales (teorema de Bell) y el “efecto observador” que implica que la conciencia subyace en toda realidad manifestada, tienen sorprendentes paralelismos con el antiguo concepto esotérico de que toda la realidad es la manifestación de una singularidad infinita (principio creador) al que muchos deciden llamar “la fuente” y al que otros llaman Dios.


Siendo así, podemos entender el Universo como una trama de interconexiones. Tanto la visión holográfica de la realidad como la teoría de los campos mórficos han demostrado que el pasado y el presente operan simultáneamente y que “las cosas que estuvieron alguna vez en contacto siguen estando en contacto a lo largo del espacio y del tiempo”.
El tiempo y/o el espacio mismo parecen construcciones arbitrarias, implacables a este nivel de la realidad, y el tiempo “lineal” solo existe en nuestro sistema de creencias consciente.


Durante miles de años hemos sido condicionados por la idea de no tener ningún control sobre la realidad y hoy la ciencia nos dice que lo que ocurra en nuestro interior creará lo que sucederá en el mundo exterior.


Nuestra mente inconsciente es la responsable de aproximadamente un 95% de una enorme cantidad de creencias y procesos mentales que determinan lo que pensamos y hacemos. Cuando tenemos una experiencia dolorosa y no somos capaces de afrontarla y trascenderla, entonces lo que hacemos es mandarla al almacén del olvido”.


Dicho material inconsciente será heredado por las generaciones siguientes conformando lo que llamamos el campo mórfico de la familia. En su libro Memories, Dreams & Reflections, Carl Jung nos dice:


“Comprendí los vínculos proféticos que existen entre mis antepasados y yo. A menudo parece que en la familia hay un karma impersonal que se transmite de padres a hijos”.


Esta información nos condiciona a tal punto, que nos predispone a percibir y a comportarnos de una cierta y determinada manera, afectando nuestro umbral de estrés y nuestra disposición frente a los desafíos emocionales.


Pero aunque pareciera que estamos condenados a repetir un círculo que no tiene salida, el futuro no está predeterminado. Si no nos gusta lo que nos sucede, no existe ningún remedio externo, solo por medio de un cambio en nuestra conciencia interna podemos cambiar nuestra realidad.


Para ello necesitamos conocer cuál es el mensaje proveniente de nuestro linaje, de nuestros ancestros, de nuestra cultura y biología, así como descifrar el mensaje de luz de nuestra alma.


Einstein sostiene que la energía simplemente existe y no se puede crear ni destruir, solo se transforma. Y en el caso de los seres humanos esto sucede simplemente mediante el pensamiento y la voluntad consciente e inconsciente de quien la maneja.


Todos somos capaces de cambiar conscientemente el contenido de energía y de información de nuestro propio cuerpo y, por tanto influir en el contenido de energía y de información de nuestro cuerpo ampliado (nuestro entorno, el mundo) y hacer que sucedan cosas en él.


Este camino consciente se logra a través de las dos cualidades inherentes: la atención y la intención.

·    La atención da energía
·     La intención transforma

Para trabajar con nuestra atención e intención os propongo un simple ejercicio que consta de tres preguntas que debemos formularnos ante cada situación que se nos presenta:


·     ¿Qué estoy pensando?
·      ¿Qué estoy sintiendo?
·      ¿Qué estoy mirando?

Trabajando en nuestra vida con estas tres preguntas, iremos reconociendo nuestras tendencias mentales y hacia dónde se dirige nuestra atención.

No debemos olvidarnos de cuatro principios básicos:

   A lo que le prestemos atención, crecerá con más fuerza en nuestra vida

    A lo que dejemos de prestar atención, se marchitará, se desintegrará y desaparecerá.

  La intención estimula la transformación de la energía y de la información.

  La intención estimula su propia realización.

Estas aseveraciones nos señalan que somos responsables de lo que sucede dentro y fuera de nosotros, ya que todos los patrones de pensamiento nos afectan y afectan a la energía del Universo.


El universo físico que percibimos está condicionado por nuestro sistema de creencias, por ello es tan necesario identificar y limpiar los traumas pasados ya que limitan nuestra percepción en el tiempo presente coartando nuestra libertad de elección.


Nuestros problemas son memorias repitiéndose en nuestro subconsciente. Nuestros problemas no tienen nada que ver con alguien o algún lugar o situación. Son oportunidades puestas en libertad. Oportunidades para limpiar.


¿Si no veo la causa en mí,

Como voy a poder resolver sus efectos?
 

No basta con pensar positivamente. Cuerpo y mente tienen que coincidir. A veces, intentamos ser positivos cuando interiormente nos sentimos negativos, por eso es que el pensamiento no funciona.


Vivimos en un estado mental turbado. Nuestra memoria celular responde a nuestra mente inconsciente y el inconsciente conecta con la memoria celular del cuerpo, que se siente negativo.


·       Tenemos que entrenar la mente y el cuerpo para que trabajen juntos.


·          Entrenarnos para generar la intención correcta.

Sabemos que nuestras intenciones crean nuestro destino y que la mente es un campo de cultivo donde se cosecha lo que se siembra.


Es crucial entender que el cuerpo y el mundo no son un problema en sí, “sino el efecto”, las consecuencias de los recuerdos que se repiten en la mente subconsciente.


Nuestra mente tiene una visión diminuta del mundo y esta visión no solo es incompleta sino que también es inexacta. Por lo tanto, se trata de asumir el 100% de la responsabilidad de todo lo que nos sucede nuestra vida, de “TODO”. Así podremos despertar nuestra mente consciente para reconocer nuestra verdadera identidad.


El futuro no está escrito.

No hay más destino

Que el que creamos nosotros diariamente.


domingo, 14 de julio de 2019

FLUIR CON LA CORRIENTE





No importa cuánta estructura creemos en nuestras vidas, no importa cuántos buenos hábitos construyamos, siempre habrá cosas que no podemos controlar, y si en cambio le permitimos a esas cosas controlarnos a nosotros, pueden resultar ser una gran fuente de ira, frustración y estrés. La solución es aprender a fluir con la corriente.

Por ejemplo, digamos que has creado la rutina perfecta para una mañana pacífica. Has estructurado tus mañanas con actividades que te traen calma y felicidad. Pero luego, una tubería de agua se rompe en el baño y pasas tu pacífica mañana estresado tratando de limpiar el desorden y arreglar la tubería.
Te enojas. Estás decepcionado porque no lograste llevar a cabo tu rutina matutina. Estás estresado por todos estos contratiempos y cambios que se oponen a lo que estás acostumbrado a hacer. Y ahora no solo tu mañana esta arruinada porque también la pasarás frustrado el resto del día.
Sin duda esta no es la mejor manera de manejar las cosas, ¿verdad? Y, sin embargo, si somos honestos, la mayoría de nosotros tenemos problemas como este, con situaciones que alteran la forma en que nos gusta que cursen las cosas, con personas que cambian nuestra rutina, con la vida cuando no va de la manera que queremos que vaya.


¿Qué significa fluir con la corriente? Significa aprender a recibir los golpes. A aceptar el cambio sin enojarse ni frustrarse. Tomar lo que la vida te da, en lugar de tratar de moldear la vida para que sea exactamente cómo quieres que sea.
A continuación, te ofrecemos algunos consejos que te pueden ayudar a ir con la corriente y tener una vida más tranquila.
1. Date cuenta de que no puedes controlar todo
Probablemente todos somos conscientes de esto en algún nivel, pero la forma en que pensamos, actuamos y sentimos muchas veces contradice esta verdad básica. No controlamos el universo, y sin embargo parecemos desear que pudiéramos. Todas tus ilusiones y ganas no harán que suceda. Ni siquiera puedes controlar todo dentro de tu pequeña esfera de influencia, sí que puedes tener influencia en algunas cosas, pero muchas otras simplemente están fuera de tu control.
Volviendo al ejemplo anterior, tú puedes controlar gran parte de tu rutina matutina, pero de vez en cuando ocurrirán cosas (alguien que se enferma, un accidente, una llamada telefónica a las 5 a.m. que interrumpe tu sueño, etc.) que te obligarán a romper tu rutina. El primer paso es darte cuenta de que estas cosas sucederán siempre. No que “tal vez” podrían suceder, sino de que lo harán con certeza. Hay cosas que no podemos controlar que afectarán todos los aspectos de nuestras vidas, y debemos de aceptar eso, o nos frustraremos constantemente. Medita acerca de esto por un tiempo.
2. Toma conciencia
Este paso es extremadamente importante. No puedes cambiar las cosas en tu cabeza si no estás enterado de ellas. Tienes que convertirte en un observador de tus pensamientos, un autoexaminador. Ten en cuenta cuándo estás enojando, para que puedas hacer algo al respecto. Intenta mantener un conteo poniendo una pequeña marca en un cuaderno por una semana: cada vez que te enojes, agrega una marca. Eso es todo, solo mantén el recuento. Y entonces, debido a este pequeño acto, serás más consciente de tu enojo y frustración.
3. Respira
Cuando te sientas enojado o frustrado, respira profundo. Inhala y exhala varias veces. Este es un paso importante que te permitirá calmarte y hacer el resto de las cosas en esta lista. Practica solamente esto y ya habrás recorrido un largo camino empezando a fluir con la corriente.

4. Observa desde otra perspectiva

Esto siempre es de mucha ayuda. Cuando te ocurra algún suceso desagradable, como que tu auto se descomponga o tus hijos arruinen el microondas, respira profundamente y da un paso hacia atrás.
¿Recuerdas esos momentos en una película en los que la cámara se aleja y entonces puedes ver mucho más de ese mundo dentro de la pantalla? ¿Cómo va del primer plano a una vista panorámica que muestra una nueva perspectiva de las cosas? Eso es lo que sucede en tu mente cuando eres consciente. Empiezas a alejarte, hasta que estás bastante lejos de las cosas. Entonces, pase lo que pase el resultado ya no parece tan importante. Dentro de una semana, dentro de un año, este pequeño incidente no importará nada. A nadie le importará, ni siquiera a ti. Entonces, ¿por qué enojarse? Solo déjalo ir, y pronto no será un gran problema.
5. Practica
Es importante darse cuenta de que, al igual que cuando aprendes cualquier habilidad, probablemente no seas bueno en esto al principio. ¿Quién es bueno cuando apenas está aprendiendo a escribir, leer o conducir? Nadie. Las habilidades vienen con la práctica. Por lo tanto, mientras aprendas a ir con la corriente, te equivocarás varias veces. Tropezarás y caerás. Está bien, es parte del proceso. Solo sigue practicando, y lo entenderás.

6. A pasos de bebé

Siguiendo la misma línea, toma las cosas dando pequeños pasos. No trates de convertirte en un Maestro Zen de la noche a la mañana. No trates de dar grandes zancadas: solo da pasos de bebé al principio. Así que haz que tus primeros intentos de ir con la corriente sean pequeños: céntrate en las marcas de conteo (mencionadas anteriormente) antes que nada. Luego enfócate en la respiración. Luego trata de obtener una perspectiva después de respirar. Y primero puedes probar con las situaciones más fáciles: si tus problemas de trabajo son más fáciles de aceptar que las frustraciones con tus hijos, por ejemplo, comienza antes con el trabajo.
7. Ríete
Ver las cosas de manera divertida en lugar de frustrantes, puede ayudar mucho. ¿Tu automóvil se averió en medio del tráfico y no tienes teléfono celular ni llanta de repuesto? Ríete de tu propia incompetencia. Ríete de lo absurdo de la situación. Eso requiere una cierta cantidad de desapego: puedes reírte de la situación si estás por encima de ella, pero no dentro de ella. Y ese desapego es algo bueno. Si puedes aprender a reírte de las cosas, has recorrido un largo camino. Intenta reír incluso si no piensas que es divertido, lo más probable es que se vuelva divertido.

8. Escribe un diario

En realidad, este es uno de los mejores usos que le puedes dar a un diario. Una vez por día, trata de recordar porqué pusiste cada marca en tu contador de marcas, y luego escribe sobre esas situaciones. ¿Por qué te enojaste? ¿Qué intentabas hacer? ¿Funcionó?, y si no, ¿por qué no? ¿Qué puedes hacer la próxima vez? Este tipo de análisis y recolección de información, después del hecho, te ayudará a aprender del proceso.

9. Medita

Si no eres bueno para llevar un diario, al menos haz una revisión diaria en tu cabeza. Haz algo de meditación, o toma un baño o una taza de té caliente, y mientras te desestresas, repasa tu día y examínalo. No te frustres, estás aprendiendo. Haz una respiración profunda, y luego revisa cada situación, tratando de verla como un observador desapegado. Este tipo de meditación te ayudará a mejorar en el proceso de aprendizaje.

10. Date cuenta de que no puedes controlar a los demás

Este siempre es uno de los mayores desafíos. Nos frustramos con otras personas porque no actúan de la manera que quisiéramos que actuaran. Tal vez sean nuestros hijos, tal vez sea nuestro cónyuge o pareja, tal vez sea nuestro compañero de trabajo o jefe, tal vez sea nuestra madre o nuestra mejor amiga. Pero debemos darnos cuenta de que están actuando de acuerdo con su personalidad, de acuerdo con lo que creen que es correcto, y que no van a hacer lo que queremos todo el tiempo. Y tenemos que aceptar eso. Acepta que no puedes controlarlos, acéptalos por lo que son, acepta las cosas que hacen. No es fácil, pero de nuevo, requiere práctica.

11. Acepta el cambio y la imperfección

Cuando las cosas resultan como a nosotros nos gusta, generalmente no queremos que cambien. Pero éstas cambiarán sin duda. Es un hecho de la vida. No podemos mantener las cosas tal y como queramos para siempre… en cambio, es mejor aprender a aceptar las cosas como son. Acepta que el mundo cambia constantemente y que somos parte de ese cambio. Además, en lugar de querer que las cosas sean “perfectas” (¿y qué es perfecto de todos modos?), Debemos aceptar que nunca serán perfectas, y aceptar lo bueno de ellas en su lugar.

12. Disfruta la vida como un flujo de cambio, caos y belleza

¿Recuerdas la pregunta en el párrafo anterior acerca de qué es la “perfección”? En realidad, es una pregunta muy interesante. ¿Significa perfección una vida y mundo ideal que solo existe en nuestras cabezas? ¿Tenemos un ideal con el que tratamos de hacer que el mundo se acomode? Porque eso probablemente nunca suceda. En cambio, intenta ver el mundo tan perfecto como es.
Es desordenado, caótico, doloroso, triste, sucio… y completamente perfecto. El mundo es hermoso, tal como es. La vida no es algo estático, sino un flujo de cambio, que nunca se mantiene igual, siempre más desordenado y más caótico, siempre hermoso. Hay belleza en todo lo que nos rodea, si lo vemos como perfecto.


sábado, 13 de julio de 2019

JUGOS VEGETALES




La diferencia entre un jugo vegetal y un smoothie es que el jugo es fluido, como el agua, y el smoothie es más espeso. Además el smoothie se suele preparar el la batidora y en el jugo utilizamos la licuadora. En el jugo no hay fibra, lo que facilita su asimilación. Es como una inyección de vitaminas directamente en sangre. 

Para hacer un jugo vegetal, no pelamos nada. La licuadora hace todo el trabajo. Si no tenemos licuadora, podemos triturar los ingredientes con la batidora y luego pasar la mezcla por un colador. Las especias frescas se añaden antes de pasarlo todo por la licuadora; las especias secas y en polvo se añaden después. Resulta preferible beberse el jugo vegetal al levantarse, con el estomago vacío, porque es el modo de aprovechar al máximo sus beneficios. Esperad un cuarto de hora largo antes de desayunar. 

Calcular las cantidades en la cocina con vegetales

En el mundo de los jugos y smoothie vegetales, las verduras se suelen medir por "puñados", pero ¿cuánto es un puñado de espinacas? ¿Cómo saber la medida correcta?

Para empezar, olvidémonos de la palabra "correcta", porque no existen reglas. Un puñado de verduras equivale a unos 30 o 40 g de espinacas o de verduras de peso ligero o a 50 0  60 g si se trata de verduras más pesadas, como la col rizada o el brocoli. Pero nuestros "puñados" pueden ser más grandes o más pequeños, según nos apetezca.

Mi jugo favorito

Para 1 persona.

1 puñado de hojas verdes
1 pepino
1 zanahoria
1 trocito de jengibre
1 manzana
1 limón
1 rama de apio
Pasar todos los ingredientes por la licuadora.

Jugos para todos los gustos

Jugo de manzana

1 puñado de hojas verdes, al gusto
1 pepino
1 rama de apio
1 manzana verde
1 trozo de jengibre

Jugo verde

1 lechuga romana
3 zanahorias grandes
1 bulbo de hinojo
2 ramas de apio
1 puñado de espinacas
el zumo de un limón
1 trocito de jengibre o 1/2 cucharada en polvo
1 cucharadita de perejil

Jugo reina

5 zanahorias
1 manzana
1 trocito de jengibre (al gusto)

Jugo de pera

1 pera
1 remolacha
50 g de piña
1 trocito de jengibre

Jugo picante

1 lima
1 limón
i puñado de cilantro fresco
1 rama de apio
1 pepino grande
1 pellizco de sal
1 pellizco de pimienta de cayena

Jugo de verdura

2 zanahorias
1 puñado grande de espinacas
2 ramas de apio
1 cucharada de perejil

Jugo cítrico

1 naranja
1 pomelo
1 trocito de jengibre
1 limón
1 pellizco de pimienta de Cayena
1 trocito de cúrcuma fresca o un pellizco de cúrcuma en polvo

Jugo de belleza (para tener una piel resplandeciente)

3 zanahorias
1 pepino
1/2 manzana 1 puñado de hojas de lechuga romana
1 puñado de espinacas

viernes, 12 de julio de 2019

NUEVO AÑO MAYA






El 26 de Julio da inicio el año nuevo en el calendario Maya, es momento de recoger la siembra de primavera y fijarnos metas con ellas. Feliz Año.
Para los que me preguntaron por qué en Julio 26 empieza el calendario Maya, segunda luna nueva de Verano.
Calendario 13 Lunas
Calendarios
La palabra calendario proviene del Latín “Calendarium”, nombre dado a los libros utilizados para hacer el seguimiento de pagos y registro del tiempo. El primer día de cada mes fue llamado por los romanos kalendae o calends, día en el cual vencían las deudas.
Actualmente, existen varios calendarios utilizados en todo el mundo, siendo el Calendario Gregoriano el más usado entre ellos.
Todos los calendarios se refieren a un ciclo, pero difieren en la manera en los cuales cada ciclo se divide en sí mismo.

Calendario Gregoriano
El Calendario Gregoriano es un calendario solar de 365 días divididos en 12 meses irregulares de 30 y 31 días cada uno y febrero con 28 o 29 días (en relación al año bisiesto cada cuatro años, excluyendo siglos que no se pueden dividir por 4).

Antiguamente los Griegos utilizaban el calendario como los Mayas basados en los Astros que daban la energía al planeta para incorporarla en la vida diaria, es decir utilizar la energía para lo que se estaba viviendo como caminar con los Astros como parte de un todo, en el campo para la siembra, la cosecha y la recaudación. Cuando los Romanos tomaron el calendario Julio César Augusto decidió que él quería ponerle su nombre para que se hicieran las festividades de 30 días para él. 

Su hijo César Augusto decidió que el también quería un mes para el y se le llamo Agosto y decidió un día más que su padre para dichos festines.
Este calendario fue modificado por el Papa Gregorio XIII en 1582 como una reforma al calendario anterior, el Juliano. Al agregarse el mes de julio (por Julio César) y agosto (Augusto César), la secuencia de los nombres perdió su significado, siendo el 1 de enero el cumpleaños de Gregorio decidió que ese día sería el primer día del año en dicho calendario.

O sea toda la sabiduría de los Mayas, Egipcios, Sumerios en Stonehenge en Inglaterra en donde se hicieron grandes estructuras por donde salía el Sol en cada estación, equinoccios, lunas nuevas, lunas llenas, en que constelación para saber variaciones de los planetas y luminarias fueron hechas a un lado para no tener significado alguno por años.
Veamos:

Septiembre proviene de Septem (siete en Latín) y se refiere a nuestro noveno mes; Octubre, de Otto (ocho), nuestro décimo mes; Noviembre, de Noviem (nueve), nuestro 11mo mes, y Diciembre, de Diciem (diez), nuestro 12mo mes…
Aunque damos por sentado este calendario que regula y organiza nuestra sociedad, en realidad no tiene ningún tipo de correlación con los ciclos de la naturaleza, incluso los nombres están equivocados!
Calendario 13 Lunas

Un año equivale a 365 días, el tiempo que tarda la Tierra en dar una vuelta alrededor del sol.
El ciclo de la luna en órbita alrededor de la Tierra es de 28 días, promedio entre el ciclo sinódico (29,5 días entre luna nueva y luna nueva) y el ciclo sideral (27,1 días hasta que la luna vuelve a aparecer en el mismo lugar en el cielo). 28 días también se refiere al ciclo biológico femenino.
Al dividir un ciclo solar anual en ciclos lunares, obtenemos:

365 días / 28 días = 13 lunas + 1 día
En otras palabras, el Calendario de las 13 Lunas se basa en 13 lunas de 28 días parejos por ciclo solar + 1 día de transición (13×28 = 364 +1). Los 28 días por luna se dividen en 4 semanas de 7 días cada una, dando 52 semanas iguales por año.
El ciclo de 13 lunas x 28 días fue utilizado originalmente por los egipcios (Thoth), los druidas, los polinesios, los incas, algunas comunidades indígenas de Norteamérica y los chinos.
En la versión moderna, cada una de las 13 Lunas tiene el nombre y las características de los 13 Tonos Lunares del Tzolkin. Cada luna también tiene el nombre de un animal, proveniente las 13 constelaciones mayores redescubiertas por Hugh Harleston.

Comienzo del Año – 26 de julio
Todos los años, nuestro Sol sale en el horizonte conjuntamente con la estrella más brillante, Sirio, el 26 de julio. Este es el día en que comienza el Calendario de las 13 Lunas. Se cree que en este día nuestro planeta recibe intensa luz y energía cósmica que acelera nuestra evolución.
Otros calendarios antiguos que iniciaban el 26 de julio fueron los mayas Haab y Tun Uc “cuenta de lunas”, como así también el calendario Thot del antiguo Egipto.
El Calendario de las 13 Lunas va desde el 26 de julio hasta el 24 de julio de cada año y, al combinarse con el Tzolkin, la energía de ese ciclo se refiere al Kin que cae el 26 de julio.

Día Fuera del Tiempo – 25 de julio
El 25 de julio se conoce como el Día Fuera del Tiempo, representando un día de transición entre el viejo y el nuevo año.
Es también conocido como el Día Verde, Día del Perdón Universal y Día de Purificación. Desde 1992, este día se celebra cada año como la “Paz Planetaria a través de la Cultura”, dedicado a ceremonias, expresiones artísticas y creatividad. Las personas se reúnen en todo el mundo para disfrutar de actividades al aire libre, escuchar música y simplemente compartir un momento especial.
En 25 de julio no pertenece a ninguna luna o semana en el Calendario de las 13 Lunas, siendo este día una oportunidad para experimentar la atemporalidad, la libertad de estar vivos. Nos invita a reflexionar, meditar, practicar el perdón y prepararnos para el nuevo ciclo.

Marcela Cosme


jueves, 11 de julio de 2019

¿QUE SON LOS SMOOTHIES?




Los smoothies se elaboran con una mezcla de frutas y verduras frescas y crudas que se mezclan para obtener un zumo algo más espeso que una sopa. Tienen un sabor más dulce que salado, y su secreto consiste en equilibrar las frutas y las verduras, variar las texturas y añadir pequeños toques de sabor con las especias u otros productos que aporten aroma.

En cuanto a las verduras priman las las que son de color verde, las más ricas en micro nutrientes. Constituyen una buena fuente de fibra, minerales, vitaminas, proteínas y antioxidantes como la clorofila, además de ayudar a oxigenar el cuerpo y la piel, reforzar la inmunidad y eliminar toxinas. Por supuesto si se desea se pueden utilizar verduras de otros colores.

Al triturar las verduras crudas es como si los nutrientes estuvieran predirigidos y, por tanto, luego son más fáciles de asimilar: los nutrientes se hallan en las paredes de las células y hay que romper esos muros para liberarlos.

Los smoothies son un verdadero arte: podemos perfeccionarlos con la experiencia, y existen mil y una maneras distintas de hacerlos, pues las combinaciones posibles son infinitas.

Mi smoothie favorito

Para 1 persona

150 ml de agua de coco, o de leche de almendras
1/4 de aguacate
un puñadito de espinacas
3 hojas de lechuga romana
1/2 plátano
1 manzana
el zumo de un limón
un trocito de jengibre fresco o un pellizco de jengibre en polvo
una cucharadita de vainilla en polvo.

Opcional para mayor dulzor

Un dátil deshuesado

Opcional para que sea más energético

1/4 de cucharadita de maca en polvo o una cucharadita de semillas de chía.

Pelar y trocear el aguacate y el plátano. Trocear también la manzana, bien lavada, descorazonada pero con la piel. Pelar y picar el jengibre.

Batir el agua y las verduras en la batidora una primera vez. Añadir el resto de los ingredientes y volver a batir hasta obtener una textura fina.

Para que el smoothie resulte menos espeso, podéis añadir más liquido poco a poco.

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SMOOTHIES VARIADOS.

Smoothie rosa: 150 ml de zumo de manzana, 100 g de fresas, 1/2 remolacha y 1 trocito de jengibre fresco (o un pellizco de jengibre en polvo)

Smoothie naranja: 150 ml de zumo de naranja, 2 zanahorias medianas, un plátano, 1 cucharada e aceite de coco, 1 trocito de jengibre fresco, 1/2 cucharadita de piel de naranja, varios pellizcos de cúrcuma.

Smoothie amarillo: 100 ml de leche de coco, 1 plátano,, 1 pellizco de vainilla, 1 pellizco de canela, 100 g de piña.

Smoothie azul: 150 ml de agua, 2 cucharadas de semillas de cáñamo, 100 g de arándanos, 1 cucharadita de açai en polvo 1 pellizco de vainilla.

Smoothie verde núm 1: 150 ml de agua, 3 cucharadas de nueces de Brasil, 1 datil deshuesado, 1 cucharadita de espirulina en polvo, 1/2 aguacate, 1/2 cucharadita de maca en polvo, 1 cucharadita de algarrobas de Perú.

Smoothie verde núm 2: 100 ml de agua, 2 cucharadas de tahini, 1/2 plátano, 1 pellizco de vainilla en polvo, 1 dátil deshuesado, 1 cucharadita de té matcha.

Smoothie blanco: 200 ml de agua, 1 manzana pelada, 1 trocito de jengibre fresco,1 plátano, 1 pellizco de maca en polvo, 1 pellizco de puré de almendras blancas o puré de anacardo.

Smoothie negro: 50 ml de coco, 2 cucharadas de puré de sésamo negro, el zumo de 1 naranja, 1 dátil deshuesado.

Smoothie marrón: 150 ml de agua, 1 cucharada de cacao en polvo, 1 cucharada de algarrobas de Perú en polvo, 2 cucharadas de nueces de Brasil, 1 dátil deshuesado, 1 pellizco de canela.

Smoothie violeta: 200 ml de leche de coco, 1 cucharadita de açai en polvo. 1 dátil deshuesado, 2 cucharaditas de cacao en polvo, 1 pellizco de vainilla en polvo, 1 cucharada de menta fresca, 1 cucharadita de almendras, 1 cucharada de aceite de coco.

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