No importa cuánta
estructura creemos en nuestras vidas, no importa cuántos buenos hábitos
construyamos, siempre habrá cosas que no podemos controlar, y si en cambio le
permitimos a esas cosas controlarnos a nosotros, pueden resultar ser una gran
fuente de ira, frustración y estrés. La solución es aprender a fluir con la corriente.
Por ejemplo, digamos que has creado la rutina perfecta para una mañana
pacífica. Has estructurado tus mañanas con actividades que te traen calma y
felicidad. Pero luego, una tubería de agua se rompe en el baño y pasas tu
pacífica mañana estresado tratando de limpiar el desorden y arreglar la
tubería.
Te enojas. Estás decepcionado porque no lograste llevar a cabo tu rutina
matutina. Estás estresado por todos estos contratiempos y cambios que se oponen
a lo que estás acostumbrado a hacer. Y ahora no solo tu mañana esta arruinada
porque también la pasarás frustrado el resto del día.
Sin duda esta no es la mejor manera de manejar las cosas, ¿verdad? Y, sin
embargo, si somos honestos, la mayoría de nosotros tenemos problemas como este,
con situaciones que alteran la forma en que nos gusta que cursen las cosas, con
personas que cambian nuestra rutina, con la vida cuando no va de la manera que
queremos que vaya.
¿Qué significa fluir con la corriente? Significa aprender a recibir los
golpes. A aceptar el cambio sin enojarse ni frustrarse. Tomar lo que la vida te
da, en lugar de tratar de moldear la vida para que sea exactamente cómo quieres
que sea.
A continuación, te ofrecemos algunos consejos que te pueden ayudar a ir con
la corriente y tener una vida más tranquila.
1. Date cuenta de que
no puedes controlar todo
Probablemente todos somos conscientes de esto en algún nivel, pero la forma
en que pensamos, actuamos y sentimos muchas veces contradice esta verdad
básica. No controlamos el universo, y sin embargo parecemos desear que
pudiéramos. Todas tus ilusiones y ganas no harán que suceda. Ni siquiera puedes
controlar todo dentro de tu pequeña esfera de influencia, sí que puedes tener
influencia en algunas cosas, pero muchas otras simplemente están fuera de tu
control.
Volviendo al ejemplo anterior, tú puedes controlar gran parte de tu rutina
matutina, pero de vez en cuando ocurrirán cosas (alguien que se enferma, un
accidente, una llamada telefónica a las 5 a.m. que interrumpe tu sueño, etc.) que
te obligarán a romper tu rutina. El primer paso es darte cuenta de que estas
cosas sucederán siempre. No que “tal vez” podrían suceder, sino de que lo harán
con certeza. Hay cosas que no podemos controlar que afectarán todos los
aspectos de nuestras vidas, y debemos de aceptar eso, o nos frustraremos
constantemente. Medita acerca de esto por un tiempo.
2. Toma conciencia
Este paso es extremadamente importante. No puedes cambiar las cosas en tu
cabeza si no estás enterado de ellas. Tienes que convertirte en un observador
de tus pensamientos, un autoexaminador. Ten en cuenta cuándo estás enojando,
para que puedas hacer algo al respecto. Intenta mantener un conteo poniendo una
pequeña marca en un cuaderno por una semana: cada vez que te enojes, agrega una
marca. Eso es todo, solo mantén el recuento. Y entonces, debido a este pequeño
acto, serás más consciente de tu enojo y frustración.
3. Respira
Cuando te sientas enojado o frustrado,
respira profundo. Inhala y exhala varias veces. Este es un paso importante que
te permitirá calmarte y hacer el resto de las cosas en esta lista. Practica
solamente esto y ya habrás recorrido un largo camino empezando a fluir con la corriente.
4. Observa desde otra perspectiva
Esto
siempre es de mucha ayuda. Cuando te ocurra algún suceso desagradable, como que
tu auto se descomponga o tus hijos arruinen el microondas, respira
profundamente y da un paso hacia atrás.
¿Recuerdas
esos momentos en una película en los que la cámara se aleja y entonces puedes
ver mucho más de ese mundo dentro de la pantalla? ¿Cómo va del primer plano a
una vista panorámica que muestra una nueva perspectiva de las cosas? Eso es lo
que sucede en tu mente cuando eres consciente. Empiezas a alejarte, hasta que
estás bastante lejos de las cosas. Entonces, pase lo que pase el resultado ya
no parece tan importante. Dentro de una semana, dentro de un año, este pequeño
incidente no importará nada. A nadie le importará, ni siquiera a ti. Entonces,
¿por qué enojarse? Solo déjalo ir, y pronto no será un gran problema.
5. Practica
Es importante darse cuenta de que, al igual que cuando aprendes
cualquier habilidad, probablemente no seas bueno en esto al principio. ¿Quién
es bueno cuando apenas está aprendiendo a escribir, leer o conducir? Nadie. Las
habilidades vienen con la práctica. Por lo tanto, mientras
aprendas a ir con la corriente, te equivocarás varias veces.
Tropezarás y caerás. Está bien, es parte del proceso. Solo sigue practicando, y
lo entenderás.
6. A pasos de bebé
Siguiendo
la misma línea, toma las cosas dando pequeños pasos. No trates de convertirte
en un Maestro Zen de la noche a la mañana. No trates de dar grandes zancadas:
solo da pasos de bebé al principio. Así que haz que tus primeros intentos de ir
con la corriente sean pequeños: céntrate en las marcas de conteo (mencionadas
anteriormente) antes que nada. Luego enfócate en la respiración. Luego trata de
obtener una perspectiva después de respirar. Y primero puedes probar con las
situaciones más fáciles: si tus problemas de trabajo son más fáciles de aceptar
que las frustraciones con tus hijos, por ejemplo, comienza antes con el
trabajo.
7. Ríete
Ver las cosas de manera
divertida en lugar de frustrantes, puede ayudar mucho. ¿Tu automóvil se averió
en medio del tráfico y no tienes teléfono celular ni llanta de repuesto? Ríete
de tu propia incompetencia. Ríete de lo absurdo de la situación. Eso requiere
una cierta cantidad de desapego: puedes reírte de la situación si estás por
encima de ella, pero no dentro de ella. Y ese desapego es algo bueno. Si puedes
aprender a reírte de las cosas, has recorrido un largo camino. Intenta reír
incluso si no piensas que es divertido, lo más probable es que se vuelva
divertido.
8. Escribe un diario
En
realidad, este es uno de los mejores usos que le puedes dar a un diario. Una
vez por día, trata de recordar porqué pusiste cada marca en tu contador de
marcas, y luego escribe sobre esas situaciones. ¿Por qué te enojaste? ¿Qué
intentabas hacer? ¿Funcionó?, y si no, ¿por qué no? ¿Qué puedes hacer la
próxima vez? Este tipo de análisis y recolección de información, después del
hecho, te ayudará a aprender del proceso.
9. Medita
Si
no eres bueno para llevar un diario, al menos haz una revisión diaria en tu
cabeza. Haz algo de meditación, o toma un baño o una taza de té caliente, y
mientras te desestresas, repasa tu día y examínalo. No te frustres, estás
aprendiendo. Haz una respiración profunda, y luego revisa cada situación,
tratando de verla como un observador desapegado. Este tipo de meditación te
ayudará a mejorar en el proceso de aprendizaje.
10. Date cuenta de que no puedes
controlar a los demás
Este
siempre es uno de los mayores desafíos. Nos frustramos con otras personas
porque no actúan de la manera que quisiéramos que actuaran. Tal vez sean
nuestros hijos, tal vez sea nuestro cónyuge o pareja, tal vez sea nuestro
compañero de trabajo o jefe, tal vez sea nuestra madre o nuestra mejor amiga.
Pero debemos darnos cuenta de que están actuando de acuerdo con su
personalidad, de acuerdo con lo que creen que es correcto, y que no van a hacer
lo que queremos todo el tiempo. Y tenemos que aceptar eso. Acepta que no puedes
controlarlos, acéptalos por lo que son, acepta las cosas que hacen. No es
fácil, pero de nuevo, requiere práctica.
11. Acepta el cambio y la imperfección
Cuando
las cosas resultan como a nosotros nos gusta, generalmente no queremos que
cambien. Pero éstas cambiarán sin duda. Es un hecho de la vida. No podemos
mantener las cosas tal y como queramos para siempre… en cambio, es mejor
aprender a aceptar las cosas como son. Acepta que el mundo cambia
constantemente y que somos parte de ese cambio. Además, en lugar de querer que
las cosas sean “perfectas” (¿y qué es perfecto de todos modos?), Debemos
aceptar que nunca serán perfectas, y aceptar lo bueno de ellas en su lugar.
12. Disfruta la vida como un flujo de
cambio, caos y belleza
¿Recuerdas
la pregunta en el párrafo anterior acerca de qué es la “perfección”? En
realidad, es una pregunta muy interesante. ¿Significa perfección una vida y
mundo ideal que solo existe en nuestras cabezas? ¿Tenemos un ideal con el que
tratamos de hacer que el mundo se acomode? Porque eso probablemente nunca
suceda. En cambio, intenta ver el mundo tan perfecto como es.
Es
desordenado, caótico, doloroso, triste, sucio… y completamente perfecto. El
mundo es hermoso, tal como es. La vida no es algo estático, sino un flujo de
cambio, que nunca se mantiene igual, siempre más desordenado y más caótico,
siempre hermoso. Hay belleza en todo lo que nos rodea, si lo vemos como
perfecto.
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