jueves, 26 de septiembre de 2019

TU CUERPO TE AVISA





Nuestro cuerpo nos avisa sobre las cuestiones que nos bloquean y sobre la persona que nos las infringen.  Empieza comprobando si padeces más problemas del lado derecho o del lado izquierdo del cuerpo.

El lado izquierdo es el lado receptivo, maternal y femenino del ser. El lado derecho es el lado masculino, con empuje, orientado hacia el exterior, hacia el mundo. La tendencia podría indicar un rechazo dentro de ti de los aspectos masculinos o femeninos, y una necesidad de autoperdón y autoaceptación o de identificar a la persona que activa esto en ti.

Si acumulas un volumen excesivo en las caderas, quizás estés cargando sentimientos de culpa o deseos de vergüenza, o un miedo residual a agresiones sexuales que convertiste en peso para protegerte. La relación entre las emociones y los síntomas físicos es muy útil para saber lo que puede estar sucediendo en nuestro plano emocional, según desarrolle ciertos síntomas en áreas específicas del cuerpo.

El síndrome del llanto:

Este importante síndrome, afecta el área del plexo solar hacia arriba, el pecho, la cabeza y la nuca. La causa del síndrome del llanto, es la incapacidad de tomar una decisión con respecto a lo que hace otra persona, o por un condicionamiento anterior que dificulta la toma de decisiones. Su característica más común es el dolor de cabeza. A causa de la frustración generada por la indecisión, el cerebro ordena al cuero cabelludo tensarse lo que produce dolor. A veces la tensión es tan severa que comprime las venas y produce migraña.

Otros de los síntomas de este síndrome son:

La cristalización de los ojos, la congestión de los senos nasales, la contracción de los músculos de la garganta, la presión gástrica sobre el pecho, la tensión de los músculos de las mandíbulas o apretar los dientes.

Cada una de estas reacciones físicas puede estar asociada con una causa emocional o mental.

Por ejemplo: la presión en la cabeza representa la incapacidad de tomar decisiones; los ojos lacrimosos y la congestión de los senos nasales simbolizan negarse a ver la situación que causa la indecisión; la contracción de la garganta, la tensión de los músculos de las mandíbulas o apretar los dientes, es el resultado de negarse a hablar del tema de la indecisión. Una indecisión puede convertirse en frustración, está en melancolía, depresión y finalmente inercia.

El síndrome de la responsabilidad

Las áreas afectadas son los hombros; la parte superior de la espalda y la columna. Los motivos psicológicos son excesiva responsabilidad, temor al peso de la responsabilidad, o negligencia, no aceptación o no asumir la responsabilidad. Los síntomas son tensión en los músculos de la espalda y de los hombros.

Frustración sexual y síndrome de culpa: 

Aquí las áreas afectadas son las ingles, el estómago y la parte baja de la espalda. Las causas psicológicas son: frustración sexual, culpabilidad sexual, sentimientos de culpa por infidelidad y promiscuidad, sentimientos de incapacidad sexual, temor a la agresión sexual. Los síntomas pueden ser: calambres gástricos, estreñimiento, acidez, dolores menstruales excesivos, menstruación demasiado abundante o ausente, infecciones vaginales o cistitis, presión o dolor en la próstata y los problemas de riñón.

Síndrome de la lucha o alcance:

Las áreas afectadas son los brazos, las manos y los dedos. Las causas psicológicas son la necesidad de expresar, con la correspondiente negación o represión de esa necesidad, la incapacidad de alcanzar lo que uno desea por falta de autoestima y un importante sentimiento de profundo rechazo por querer alcanzar metas inalcanzables.  Los síntomas son: Verrugas o pequeñas ampollas en las dos manos y en los dedos, tensión en las articulaciones de las manos o los dedos, manos demasiado frías o calientes. Los problemas relacionados son la artritis y los reumatismos.

Síndrome de la huida:

El área afectada está en los muslos y los pies. Indica una necesidad de correr o escapar (emocionalmente o físicamente) de una situación o relación. Las causas psicológicas son el miedo a enfrentarse a ciertas situaciones potencialmente dolorosas, el aburrimiento, el miedo al desastre y el miedo al éxito. Los síntomas incluyen quemazón entre los dedos o en la planta de los pies, pies fríos por mala circulación y dolores en las piernas.

Combinaciones:

En un momento dado, una persona puede verse afectada por uno o varios síndromes. Por ejemplo: una combinación de dolor de cabeza y tensión en los músculos de la espalda puede indicar una incapacidad para tomar decisiones con respecto a un tema de responsabilidad. Tensión en los músculos de la espalda  y dolor de piernas puede indicar que la persona desea escapar de una situación que le tiene atrapado.

Así, estudiando las señales que nos indica el cuerpo, podemos resolver nuestros problemas emocionales, estableciendo mejores relaciones en nuestra vida y una salud perfecta.


miércoles, 25 de septiembre de 2019

DECISIONES





Muchas de las cosas que hoy nos afectan están fuera de nuestro control. Pero no importan las circunstancias que nos rodean, siempre podemos adueñarnos de ellas. Todo tiene que ver con la actitud con la que respondemos a las circunstancias, y como decidimos aceptar los cambios. Nuestro comportamiento hace que podamos aumentar o reducir el estrés,  un masaje o hacer ejercicio son excelentes para relajarnos, pero si no los acompañamos con un cambio de actitud sus efectos son temporales.

¿Pero cómo podemos equilibrarnos? Quizás algunas de estas decisiones que a continuación te ofrezco puedan servirte de ayuda:

La primera: En vez de resistir…Yo Acepto.

Acepta lo que es un hecho. Hay circunstancias que, por más que te esfuerces no puedes cambiar, al menos no tan rápido como te gustaría. En ocasiones el cambio aunque no te guste, es un hecho. Tu estrés aumenta cuando te resistes ante lo que ocurre, al resistirte le das poder, pero al aceptar y soltar tu resistencia recuperas tu poder y te sientes mejor.

Esto no significa que te resignes, puedes aceptar las circunstancias actuales – simplemente por el hecho de que en este momento son esas las circunstancias- y al mismo tiempo elegir cambiar lo que está en ti modificar.

Segunda: En vez de resignarme…Yo Aprovecho.

Es muy importante aceptar tus posibilidades de acción inmediata y transformación del futuro. Esta es la diferencia entre la resignación y la voluntad activa para mejorar una situación.  Aprovecha lo que sí está en tus manos hacer, lo que tú sí puedes controlar, aquello que te es posible llevar a cabo.

¿Qué oportunidades puedes aprovechar?

Cuando identificas tus oportunidades y actúas para aprovecharlas, te alejas de la ansiedad producida por la sensación de estar fuera de control. En vez de sentirte el efecto pasas a experimentarte como causa. Así que ponte en movimiento y decide aprovechar lo que sí está en ti lograr.

Tercera decisión: En vez de evadir…Yo Asumo.

Cuando las cosas no son como quisiéramos es muy fácil apuntar hacia afuera y buscar un culpable. El reto –y la esencia de la madurez – está en asumir lo que es tuyo: la forma en que tú has contribuido a lo que hoy sucede y la oportunidad  que tienes de cambiar las cosas. Si evades tu responsabilidad, niegas tu poder y tu capacidad para aprender. Cuando asumes  lo que te corresponde te adueñas de tu poder al momento que tomas consciencia sobre lo que puedes aprender y mejorar.

Cuarta decisión: En vez de sólo desear….Yo Me Comprometo.

La única forma de obtener resultados diferentes es haciendo cosas distintas. Desear algo mejor es necesario, pero no es suficiente. El deseo debes acompañarlo con el compromiso de hacer lo que haga falta hacer para mejorar tus circunstancias. En este sentido, algunos cambios simples pueden hacer una gran diferencia. Analiza y pregúntate qué hábitos constructivos y positivos puedes incorporar a tu vida para equilibrarla.

Quinta decisión: En vez de preocuparme…Yo Me Ocupo.

El antídoto para tus preocupaciones; ocúpate, ponte en acción; muévete hacia lo que quieres y lo lograras. Si algo te preocupa plantéate que puedes hacer al respecto, si la solución escapa a la esfera de tus posibilidades, decide soltarlo para hacerte cargo de las oportunidades que sí puedes aprovechar.

Quizá no puedas cambiar tus circunstancias en este momento, pero si puedes elegir una actitud que te permita aceptar lo que es, aprovechar lo que es posible, comprometerte a lograr lo que quieres y ponerte en acción.

Sexta decisión: En vez de olvidarme de lo que tengo…Yo Agradezco.

Cuando los niveles de estrés se incrementan y te encuentras rodeado de cambios y nuevos desafíos, es normal que pierdas perspectiva y te desconectes de lo que tienes. En medio del caos corres el peligro de dar por sentado  y olvidarte de lo que realmente llena tu vida y constituye tus éxitos y fortalezas.

Piensa entonces ¿de cuantas cosas podrías estar agradecido en tu vida?

La gratitud es un excelente antídoto ante las sensaciones de desesperanza, ya que te permiten conectarte con la abundancia y magia de tu vida. El agradecer te permite enfocarte en lo que tienes, en vez de en aquello que te hace falta.

Cuando eres agradecido los miedos se desvanecen ya que te das cuenta de que has recibido más de lo que creías. Conéctate con la gratitud y recordaras las cosas que has disfrutado con la gente que has conocido.

Séptima decisión: En vez de desconfiar….Yo Confió.

¿Estás eligiendo creer que tus problemas son más grandes que tú o que tú eres más grande que ellos?

¿Crees que tus circunstancias negativas son permanentes o sabiamente eliges creer que todo se mueve en ciclos y que después del invierno viene la primavera?

¿Estás pensando que estás bajo el efecto de las circunstancias o sabes que tú tienes el control para adueñarte de tu capacidad para salir adelante?

¿No te sientes seguro de quienes te acompañan o decides confiar en el carácter y la capacidad del otro?

Confiar o no confiar. La decisión es tuya.

Octava decisión: En vez de visualizar en negativo…Yo Apuesto a Ganar.

Como decía Henry Ford, “si crees que puedes o crees que no puedes, estas en lo cierto”. En ti está elegir conscientemente apostarte a tu éxito y tener fe en que todo lo que sucede es lo mejor.

El miedo se alimenta de una proyección mental catastrófica de lo que puede suceder. Esa misma energía y talento para visualizar en negativo puedes utilizarla para enfocar en positivo lo que realmente deseas.

No es pretender ingenuamente que todo va a salir bien por el hecho de pensar que así va a ser. Esta es la octava decisión. Ya aceptaste la realidad. También identificaste lo que puedes  aprovechar de las circunstancias. Además has asumido tu responsabilidad en el proceso. Estás comprometido a la acción y estás ocupándote de lo que es posible. Conectado con la gratitud por lo que ya tienes, decides confiar en ti, en el otro y en el proceso.

Ya lo que queda es apostar a ganar….y llevar tus decisiones a la acción.

sábado, 21 de septiembre de 2019

HÍGADO GRASO




Puedes no sentir nada, quizás un ligero cansancio. Un día te realizan un análisis de sangre rutinario y te dicen que puedes tener el hígado graso, una alteración de la salud que va claramente en aumento. 

Causas habituales. El exceso de grasa, azúcar y proteína en la dieta, que lleva al sobrepeso y la obesidad, son las principales causas. Los fármacos, la exposición a sustancias tóxicas y, sobre todo, el alcohol son otros factores de riesgo importantes.

Cómo se diagnostica. Las personas que padecen hígado graso presentan las transaminasas elevadas. Una ecografia simple sirve para confirmarla.

Inflamación. en una primera fase, la acumulación leve de grasa en el hígado puede ocurrir sin que llegue a alterar el funcionamiento del órgano. Pero el problema puede empeorar al aumentar la inflamación y dañarse las células del órgano, lo que produce una hepatitis crónica.

EVOLUCIÓN

Revisiones. La acumulación de grasa en el hígado denominada -esteatosis hepática- puede derivar con el tiempo en una fibrosis, y llega a pasar incluso a la fase más avanzada de cirrosis. Por eso, es buena idea hacerse revisiones que puedan facilitar el diagnostico y  tratamiento precoz. 

La esteatosis hepática se debe  a un aumento de los lípidos en las células hepáticas que puede causar complicaciones en caso de obesidad, intoxicación alcohólica o trastornos hepáticos (como la diabetes del tipo 2). Puede presentarse aislada o puede estar asociada  a una hepatitis previa.

Tóxicos aceleradores. Conviene recordar que la esteatosis sobreviene cuando exigimos al hígado más de lo que puede realizar. Este sobreesfuerzo provoca un desgaste que es el inicio de la esteatosis. Cualquier tóxico hepático puede acelerar este mecanismo, y el más conocido es el alcohol. Tener un hígado graso también se asocia con un mayor riesgo de problemas como la diabetes, ataques cardíacos y accidentes cerebro-vasculares.

El cuidado natural.

Cambios en la alimentación.

Consume alcachofas, cardos, papaya o piña tropical, ambas ricas en enzimas proteoliticas que favorecen la acción del páncreas. Son recomendables la cúrcuma y el romero.

Come libremente frutas del tiempo, frutos secos, cereales integrales, legumbres, verduras, hierbas aromáticas y aceites vegetales de primera presión en frió. Bebe agua con limón y endulza con miel de romero.

Toma con moderación sémola de trigo y tapioca, mermelada y azúcar de caña. Evita la pastelería, chocolates, alcohol, café, tabaco, embutidos y carnes, pescado azul, fritos y rebozados.

Fitoterapia

Estas tisanas actuaran y beneficiaran el hígado:

Tisana biliar: Mezcla a parte iguales boldo, celidonia, fumaria y romero. Infusiona unos minutos, vertiendo dos o tres cucharitas por taza de agua hirviendo.

Hepática: Mezcla alcachofa, cardo mariano, diente de león y genciana. Deja en infusión 3 cucharaditas durante 5 minutos y deja que repose otros tantos. Endulza la tisana con miel de romero.

domingo, 15 de septiembre de 2019

PREVENIR LAS INFECCIONES DE ORINA




El embarazo, las relaciones sexuales, la menopausia, el uso del diafragma como método anticonceptivo o una bajada de defensas son algunas de las causas de la infección de orina. Entre sus síntomas más comunes, un deseo urgente o frecuente de orinar, el color turbio y el olor fuerte de la orina o una micción dolorosa. 

La vía digestiva. La infección se suele tratar con antibióticos, pero la creciente resistencia de las bacterias ha hecho perder eficacia a estos medicamentos. El 85% de las cistitis son causadas por la bacteria E. Colí, que se halla en el intestino. Por eso guarda una estrecha relación con la salud del tracto digestivo.

Inmunidad. Convienen los alimentos que no dañan la pared intestinal y que benefician la microbiota, ya que el 70-80% de nuestro sistema inmunitario depende de la salud intestinal. Hemos de evitar azucares y alimentos refinados y potenciar alimentos fermentados (tempeh, Kéfir....), cereales integrales y legumbres, verduras y hortalizas.

10 ALIMENTOS QUE TE PROTEGERÁN.

1. Arándano rojo.

Muy conocido por ser un buen preventivo. Su riqueza en taninos, quercitina y vitamina C ayuda a impedir que la bacteria se adhiera a las mucosas del tracto urinario. 
Puedes tomarlo en zumo, un vaso al día. Pero también existen suplementos que pueden funcionar muy bien.

2. Tempeh. Es un alimento probiótico que ayuda a mejorar la calidad de la flora intestinal. Además, conviene incluir otros probióticos como el tamari o el Kéfir de agua para tomar cada día.
Puedes incluirlo en tus platos 2 o 3 veces a la semana.

3. Papaya. 

Todos los alimentos de color naranja (calabaza, zanahoria, boniato...) son ricos en betacaroteno, el precursor de la vitamina A. Esta vitamina también juega un papel importante en la salud del sistema inmunitario.
Inclúyela 4 veces a la semana en batidos, macedonias y ensaladas o tómala como fruta de mesa.

4. Semillas de chía. 

Estas y otras semillas son ricas en ácidos grasos omega 3 y 6, de acción antiinflamatoria. También es útil el aceite de oliva virgen extra por su aporte en vitamina E. un buen antioxidante.
Añade 1 o 2 cucharadas al día a tus púdines, cremas, yogures…

5. Azukis.

O legumbres como garbanzos, alubias o guisantes, por ser muy buena fuente de proteínas y por su aporte en fibra, necesaria para la microbiota intestinal.
Consume esta u otras legumbres al menos 3 o 4 veces por semana en hummus, ensaladas, guisos...

6. Mijo.

Y cualquier otro cereal integral. Si lo tostamos un poco se alcaliniza  no resulta tan ácido para el organismo.
Tómalo 2 veces a la semana.

7. Puerros.

Y toda su familia, para tomar a diario por su fibra y por sus compuestos azufrados que intervienen en la salud del hígado.
Inclúyelo en tus recetas .5 veces a la semana

8. Nueces de Brasil.

Interesantes como otros frutos sacos por su riqueza en grasas saludables, proteínas y minerales, nutrientes todos ellos indispensables para la prevención de enfermedades recurrentes e inflamatorias. 
Consume 2 o 3 al día
.
9. Espárragos.

Ideales para tratar y prevenir las cistitis por su riqueza en fibra y por su acción diurética.  Junto con los pepinos, los apios y las peras, no podemos dejar de incluirlos para mejorar las infecciones de orina.
Consume 1 puñado cada 2 días.

10. Brócoli.

Y otras hortalizas y verduras. Son todas interesantes por su riqueza en minerales que combaten la acidez del organismo y no permiten la generación de un terreno ácido donde la bacteria E. Colí se encuentra a gusto.
Tómalo 2-3 veces a la semana al vapor o al wok, preferiblemente.

viernes, 13 de septiembre de 2019

LIBÉRATE DEL ESTRÉS






Se calcula que entre el 75 y el 90 por ciento de todas las visitas médicas se deben a problemas relacionados con el estrés. Sin embargo existen sencillas prácticas que puedes incorporar a tu vida diaria para sentirte menos estresado, tranquilo, centrado y feliz.

Aquí tienes algunas de ellas:

MEDITA

La meditación es un poderoso antídoto contra el estrés. En la quietud interna de la meditación, el cuerpo disminuye su producción de las llamadas hormonas del estrés, como el cortisol y la adrenalina. Mientras que aumenta los neurotransmisores asociados con la calma y el bienestar, como la dopamina, la serotonina y la oxitocina. Una práctica de meditación regular a la semana es una de las más poderosas herramientas para mejorar la salud en general.

Intenta: La práctica de meditación ideal es de 20 a 30 minutos en la mañana y 20 a 30 minutos nuevamente por la tarde; no obstante, meditar durante 10 minutos diariamente hará una enorme diferencia en tu vida y niveles de estrés.

RESPIRA

Muchas tradiciones de sanación milenarias incorporan la respiración profunda a la rutina diaria para cultivar la calma y el equilibrio. Estudios demuestran que la respiración profunda puede ayudar a eliminar el estrés de inmediato o la respuesta de “lucha o huida”, y activar la respuesta de relajación. Con la respiración profunda, el cuerpo y la mente se desaceleran y de inmediato sientes que el estrés se disipa.  Recomiendo 3 a 5 minutos de respiración profunda dos veces al día, así como en cualquier momento del día, cuando te des cuenta de que te sientes estresado.

Intenta: Cierra los ojos y respira lentamente por la nariz. Tu vientre debe inflarse poco a poco con cada inhalación. Imagina que estás dirigiendo la respiración a todas las áreas de tu cuerpo afectadas por el estrés, o sólo siente la sensación de la respiración en los pulmones. En la parte más intensa de la inhalación, haz una pausa por un momento, y después exhala despacio. Sigue respirando profundamente hasta que te sientas centrado y en calma.

CAMINA

El movimiento habitual es una de las mejores formas de disipar la energía del estrés en nuestro cuerpo. Cuando caminas vigorosamente o realizas otras formas de ejercicio, tu cuerpo libera muchos neurotransmisores que te hacen mejorar el humor y tener una mayor sensación de bienestar. Estos neurotransmisores incluyen endorfinas, serotoninas, dopaminas y el ácido gama aminobutírico. Algunas investigaciones sugieren que las mejoras en el estado de ánimo también se deben al aumento en la circulación de sangre en el cerebro.

Intenta: Comprométete a dar una caminata de 15 minutos después de la comida, o al final del día, y ve qué ocurre con tus niveles de estrés. Por supuesto, cuando puedas dar una caminata más larga, no lo dudes.

DUERME

Un número cada vez mayor de estudios confirma la importancia del sueño regular y reparador para combatir los efectos negativos del estrés y aumentar el bienestar general. Un sueño reparador te da la oportunidad de reparar y restablecer el sistema mente-cuerpo. Cuando duermes bien, tienes una mejor regulación emocional, mayor inmunidad, menos dolor, y un menor riesgo de padecer varias enfermedades crónicas, como enfermedades del corazón y la diabetes. Dormir mal, ya sea por la cantidad o la calidad, conduce a muchos procesos de enfermedades. La falta de un sueño reparador también altera tu neuroquímica y puede hacer que sientas mayor ansiedad, depresión, y dolor.

Intenta: Una forma importante de mejorar tu sueño es alinear tus horarios de sueño con tus ritmos circadianos, que son los ritmos naturales de actividad física y mental del cuerpo. Tu sueño será más reparador y restaurador si estás en cama alrededor de las 10:00 p.m., y te levantas a las 6:00 am. Durante este tiempo de sueño, tu cuerpo puede procesar todos los alimentos, experiencias, y energía del día y “digerirlos”, para que no los lleves contigo el día siguiente.

REDUCE LA ESTIMULACIÓN EXCESIVA

Vives en un mundo con estímulos de sobra, es por eso que lagunas veces puedes no darte cuenta de que estás bombardeado por el ruido, la información, música, luces brillantes y otras distracciones. El mundo está compitiendo por tu atención, y toda la información que entra a través de tus sentidos requiere procesamiento, que puede hacer que se manifieste el estrés.

Intenta: Al decidir conscientemente reducir la estimulación innecesaria, puedes detener la sobrecarga sensorial y crear una mayor calma en tu sistema mente-cuerpo. Presta atención a cómo te sientes cuando pasas tiempo expuesto a distintas formas de estimulación. Si descubres que tienes los nervios de punta después de ir de compras a un centro comercial o ver una película violenta, elimina o limita estas experiencias en tu vida. En lugar de dejarte llevar por tus dispositivos electrónicos, toma medidas para controlar sus interrupciones. Por ejemplo, deshabilita las alertas automáticas de tu correo electrónico y el timbre de tu teléfono, y en lugar de eso, establece tiempos regulares para revisar tus mensajes.

HAZ MENOS Y SÉ MÁS.

En esta sociedad que avanza a un ritmo acelerado y a veces maníaco, es fácil concentrarse demasiado en hacer y no lo suficiente en ser. Aun cuando somos “seres” humanos la mente del ego a veces se apodera del control y define el éxito y la felicidad en base a nuestros logros. Sin embargo, si miras a tu alrededor, encontrarás que la gente que hace menos y se permite ser más en realidad parece estar menos estresada. Esas personas se ven más tranquilas, en calma, y felices. Si pudiéramos ver en el interior de sus cuerpos, veríamos que tienen menos síntomas de estrés crónico en comparación con sus contrapartes con vidas más ajetreadas, como por ejemplo, menos inflamación, mayor equilibrio hormonal, y menor presión arterial.

Intenta: Revisa tu lista de cosas pendientes durante el día y elimina uno de los puntos, eligiendo en cambio usar el tiempo para sólo ser. Siéntate tranquilamente y observa las sensaciones en tu cuerpo y después observa la actividad de tu mente sin apegarte a ella. O puedes encontrar un lugar agradable al aire libre y sólo tomar consciencia de todo lo que entre a través de tus sentidos. ¿Qué escuchas, sientes, saboreas y hueles? Después de haber intentado hacer esto durante algunos días o semanas, observa si tus sentimientos de estrés han disminuido. Al comienzo, tal vez sientas algo de resistencia a esta práctica, pero con el transcurso del tiempo, encontrarás que anhelas estas experiencias de sólo ser.

LLEVA UN DIARIO

Una de las mejores herramientas para reducir el estrés es llevar un diario. Estudios han demostrado que escribir sobre eventos estresantes mejora tu salud física y psicológica. De acuerdo con algunos investigadores, cuando tienes una experiencia que percibes como estresante y entonces la ignoras o “rellenas”—o te obsesionas y piensas en ella— activas la respuesta del estrés en tu cuerpo y mente. En cambio, si escribes sobre las experiencias, puedes procesar lo que ocurrió, conservando sólo lo que te sirve y dejando ir el resto. Escribir un diario con regularidad no requiere mucho tiempo. Al pasar sólo algunos minutos escribiendo el diario, puedes reducir la energía del estrés en tu cuerpo y mejorar tu sueño, que, como ya se dijo, es vital para tu salud.

CONSEJOS PARA LLEVAR UN DIARIO:

Comienza tu diario con una recapitulación de tu día: simplemente escribe los eventos de tu día como si fueras un reportero que observara las cosas a través de una videocámara. No incluyas interpretaciones o juicios de aquello que haya ocurrido. Si sientes una fuerte emoción relacionada con una experiencia, está bien escribirla, pero desconéctate de las emociones que sentiste. La idea es dejar que las emociones pasen por la observación y su escritura. Esto ayuda a reducir cualquier estrés que pudieras haber experimentado al realizar tus actividades. Esta actividad sólo debería tomarte algunos minutos.
A continuación, enumera tres intenciones para tu vida. Por ejemplo: “Intento aumentar mi actividad física” o “Intento amar más”.
Termina la sesión de escritura de tu diario escribiendo tres cosas por las que te sientas agradecido. Puede ser algo más específico, como “Me siento agradecido por la deliciosa comida que disfruté con mis amigos hoy”, o algo más general, como “Me siento agradecido por la belleza de la naturaleza”. Lo importante es hacerte consciente de ese sentimiento de gratitud, que por naturaleza reduce el sentimiento de estrés. Observa cómo te sientes al escribir un diario con regularidad.



Aunque estas prácticas podrían parecer muy sencillas como para ser la respuesta a la reducción del estrés, te invito a adoptarlas en tu vida diaria y a experimentar los beneficios por ti mismo. El poco tiempo que inviertas en estas prácticas, que a veces será casi nada, comenzará a transformar tu mente y cuerpo de un estado de estrés a un estado de relajación.


En última instancia, cuando la mente y el cuerpo están en calma, puedes experimentar tu naturaleza espiritual subyacente de felicidad, plenitud, y dicha, y abrirte a tu potencial humano completo.


viernes, 6 de septiembre de 2019

LAS MANOS



LAS MANOS

Las manos sujetan, sostiene, estrechan, aterran…..
Dejamos que las cosas se nos escurran de los dedos, o nos aferramos a ellas durante demasiado tiempo. Las manos pueden ser suaves y flexibles o estar endurecidas y nudosas por exceso de cavilaciones o retorcidas por la artrosis y el espíritu crítico. Las manos crispadas son las manos del miedo; miedo a perder, a no tener nunca lo suficiente, a que lo que tenemos se nos vaya si no lo sujetamos firmemente.
Las manos representan mi capacidad para agarrar, dar o recibir. Son la íntima expresión mía en el Universo y el poder de tocar es tan grande que me siento impotente cuando mis manos están lastimadas. Tienen un carácter único; igual como mis huellas digitales, representan mi pasado, mi presente y mi porvenir. Entre las manos tengo las situaciones de mi vida diaria y el estado de mis manos manifiesta en qué medida capto mi realidad, cuando expreso el amor o el odio bajo la forma del puño.
Si tengo las manos frías, me retiro emocionalmente de una situación o de una relación en la cual estoy implicado. También indican que puedo dejar de cuidar mis necesidades básicas y de complacerme.
Las manos húmedas indican una cantidad excesiva de angustia y nerviosismo. Estoy desbordado por mis emociones, sintiéndome quizás demasiado implicado o demasiado activo en cierta situación de mi vida cotidiana.
Si tengo dolor o rampas, es que me niego a ser flexible frente a situaciones presentes. Debo preguntarme lo que me molesta o lo que no quiero realizar. Puedo tener un sentimiento de incapacidad o vivir un gran miedo al fracaso. Esto me lleva a querer “controlarlo” todo con mis manos, a querer poseerlo todo por si acaso algo se me “escurriese entre los dedos”.
Cuando mis manos sangran, (eczemas, manos secas, etc.) seguramente hay una situación en mi vida, un sueño, un proyecto que tengo la sensación de no poder realizar y esto me llena de tristeza. Entonces, la alegría de vivir se va.
Si mis manos pierden  movilidad, se paralizan, puedo “sentirme paralizado” en lo que se refiere  a los medios para realizar cierta tarea o cierta acción y vivo impotencia con relación a esto. También, la parálisis de las manos puede producirse después de una actividad mental muy intensa en la cual me siento sobreexcitado, contrariado y en que la presión hierve dentro de mí.
Si me hiero las manos, quizás me resista al tacto, evitando cierta intimidad, bien sea el tacto que puedo dar o recibir de otras personas. Ese temor a entrar en contacto puede estar vinculado a un suceso presente particular que me recuerda un abuso vivido en el pasado. Aprendo a soltar y “tender las manos al cielo” tomando consciencia de que el único poder que tengo es sobre mí mismo y no sobre los demás.
¿QUÉ REPRESENTAN LOS DEDOS DE LAS MANOS?
DEDO PULGAR: Mi madre. El dedo pulgar representa simbólicamente a mi madre y su función como proveedora de nutrición afectiva. Refleja un poco la manera en que yo vivo sin la oposición de otros. Representa a mi boca y lo que digo.
DEDO INDICE: Mi autoridad y mi independencia. El dedo índice representa simbólicamente cómo justifico mis acciones ante los demás, mí independencia y mi autoridad. Representa la manera en que yo me someto ante las órdenes de otros, mi manera de obedecer. Representa también mis juicios, la forma en que acuso a los demás.
DEDO MEDIO: Mi sexualidad. El dedo medio representa mi vida sexual, la manera en que yo vivo y expreso mi sexualidad. Simbólicamente, refleja claramente el tacto que tengo para solucionar asuntos con los demás. Refleja también mi sexualidad más primitiva, mis deseos sexuales más ocultos.
DEDO ANULAR: El compromiso. El dedo anular representa mis compromisos, mis cambios. Tiene relación con la firma o cierre de contratos. Refleja momentos de cambio en mi vida, como cambio de nombre, apellido, cambio de casa, de  trabajo etc. Este dedo representa mis ojos, lo que veo real o simbólicamente. Y hay un poco de relación con los duelos que yo vivo. Si alguien querido muere o bien, algo ha muerto para mí simbólicamente, este dedo se verá afectado.
DEDO MEÑIQUE: Secretos familiares. El dedo meñique representa simbólicamente todos los sucesos familiares a nivel secretos y mentiras. Todos esos hechos y sucesos que se han ocultado en la familia. El lado hipócrita de la familia. Este dedo representa mis orejas y lo que oigo, real o simbólicamente.
En general, todos los problemas en los dedos representan detalles del día a día, a los cuales he dado demasiada importancia y que claramente no determinan mi vida completa. Debo aprender a vivir en armonía, pero sobre todo en equilibrio. Es importante dejar de influenciar mi vida por todo aquello que proviene de los demás y ver más por mí mismo. Debo confiar más en mí, y saber que todo aquello que me sucede, es parte de mi aprendizaje como ser humano.
LAS UÑAS.
Las uñas representan el tejido duro y mi energía más honda y espiritual. Se manifiestan en mi cuerpo en los lugares más “prolongados”. Pueden estar afectadas cuando mi actividad (o mi destreza), mi dirección tienden a cambiar y tengo dificultad en enfrentarme a estos cambios. Las uñas representan así el sentimiento de protección que tengo con todo lo que sucede alrededor mío. Tengo elección para usar mis uñas negativamente (para agredir, para defenderme y para hacer daño como lo hace el animal) o positivamente usándolas para mi destreza y mi creatividad. Cualquiera que sea la energía empleada, puedo descubrir el estado de ésta definiendo el estado de mis uñas.
COMERSE LAS UÑAS (ONICOFAGIA)
Si me como las uñas, esto indica un nerviosismo interior muy grande. Una inseguridad profunda de no sentirme capaz de ser o hacer lo que se espera de mí. Si se trata de un niño, esto puede manifestar la presencia de rencor o frustración frente a uno de los padres, esta situación puede producirse también siendo adulto. Puedo sentirme incapaz de asumirme y de ser auto-suficiente, y quiero que los demás cuiden de mí. También puedo “comer mi freno” reprimiendo mí agresividad; puedo dejar entrever un desbordamiento inminente de emociones no expresadas. Por lo tanto, tengo ventaja en expresar todas mis emociones y ponerme a buscar mi seguridad y mi confianza en mi interior.
MORDERSE LAS UÑAS
Si me muerdo las uñas, significa que me estoy conteniendo de “arañar” a mi padre, me contengo de matar a mi padre, de hacerle daño, de vengarme de él. También puede ser la madre, es un porcentaje mínimo de los casos, y sólo si se trata de las uñas del dedo pulgar. La persona que se muerde las uñas, es alguien que se carcome por dentro al no sentirse protegido. Puede sentir ira hacia uno de sus progenitores que lo la protegió lo suficiente, según sus necesidades. Cada vez que revive esa falta de protección con ese padre o indirectamente con otra persona, se muerde las uñas, lo cual le da seguridad y alivia su angustia.
UÑAS AMARILLAS.
El síndrome de las uñas amarillas de manifiesta cuando las uñas de mis dedos de las manos y de los pies tienen un color amarillo verdoso, cuando son gruesas y encorvadas. Bajo el ángulo médico, esto se produce cuando la circulación de mi sistema linfático es inadecuada, esto se atribuye a trastornos respiratorios crónicos. Mis uñas son una protección para mis dedos de las manos y de los pies, y mi cuerpo me manifiesta que debo aumentar mis protecciones porque me siento frágil y no hago frente a los acontecimientos de la vida, en los pequeños detalles que se presentan a mí hoy o mañana. Mi vida me parece apagada. Busco en mi interior lo que puede aportar más pasión en mi vida. Aumento en mí la energía vital para que se manifieste hasta el final de mis dedos.
UÑAS BLANDAS Y FRAGILES.
Las uñas representan mi vitalidad, el estado de mi energía vital. Uñas frágiles expresan un desequilibrio al nivel de mi energía y referente a la utilización que hago con ella. Uñas blandas expresan el cansancio que estoy viviendo, la indiferencia que me habita. Mi vida está tan apagada como mis uñas. Soy yo quien debo poner alegría y cuidar de usar bien mi energía.
UÑA ENCARNADA O UÑERO.
Una uña encarnada indica culpabilidad o nerviosismo frente a una nueva situación. También puede representar un conflicto entre mis deseos mentales y espirituales. Si se trata de la uña de un dedo de la mano, se tratara de una situación de mi vida diaria y, más frecuentemente, si se trata de la uña de un dedo del pie, se trata de una situación o decisión de cara al futuro. Si se trata del dedo gordo, la uña encarnada puede representar mi inquietud frente a la presión que creo deber afrontar en el porvenir y frente a la cual me siento ya culpable porque me temo no poder vivir este futuro con armonía y éxito. Es importante ver cuál dedo de la mano o del pie está afectado para tener informaciones complementarias sobre el aspecto de mi vida al cual he de ajustarme eliminando a la vez mi culpabilidad.
UÑAS CON HONGOS.
Cuando tengo las uñas contaminadas con hongos, significa que vivo una situación de “porquería” con respecto a alguien a mí alrededor. . Los hongos significan putrefacción, por lo que deberé revisar mi relación de pareja, la relación con mi madre, con mi padre, con mis hermanos, amigos, etc. Necesariamente hay una relación tóxica, contaminante sucia, despreciable, de la cual deberé alejarme porque está pudriendo mi seguridad y mi valor. Relación tóxica con alguien cercano. Imposibilidad de romper con alguien que me ataca constantemente. Desvalorización por parte de alguien cercano.
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