Cuando alguien te falta el respeto, no te trata bien o
te decepciona, es fácil llevar ese comportamiento al plano personal. Es
probable que te culpes por lo ocurrido o que pienses que esa persona tenía algo
en tu contra. Sin embargo, tomarte las cosas de manera personal es emocionarte
agotador e implica un arduo trabajo cognitivo completamente innecesario que
terminara dañando tu autoestima.
Existe una gran diferencia entre ser reflexivo y
tomarse las cosas de manera tan personal que termine dañando tu equilibrio
psicológico. Si aprendes a no tomarte nada personal, tendrás un mayor control
sobre tus respuestas y emociones, no permitas que estas dependan de los
comportamientos de los demás. Sin duda, se trata de una gran conquista en tu
camino de crecimiento personal que te reportara una enorme paz interior.
¿Qué
significa no tomarse las cosas como algo personal?
Llevar las cosas al plano personal es una distorsión
cognitiva bastante común que se denomina personalización. La personalización
implica involucrarnos demasiado en las situaciones, viéndonos como el ombligo
del mundo y pensando que absolutamente todo gira a nuestro alrededor.
El problema es que esta forma de pensar y afrontar la realidad puede hacernos muy
miserables, generando un estado de disconfort permanente y un gran sufrimiento
mental. Es probable que terminemos experimentando emociones como la ansiedad,
la ira o la culpa. Y eso no es bueno.
No es menos cierto que resulta muy difícil no tomar las
críticas, comentarios ofensivos o humillaciones de manera personal. Los
comportamientos, palabras y actitudes de los demás nos afectan, no podemos
evitarlo. Sin embargo, podemos aprender a gestionar esas primeras reacciones
adoptando una distancia psicológica de la situación, para evitar que esta nos dañe o nos suma en
un círculo vicioso de pensamientos negativos recurrentes.
Los tipos de
personalización más dañinas y cómo evitarlas
1. Asumir las
desilusiones y batallas de manera personal
Todos experimentamos decepciones y tenemos que afrontar
diferentes batallas en la vida. Sin embargo, cuando personalizamos tendemos a
percibir esos eventos, que en muchas ocasiones son inevitables, como el
resultado de un fallo nuestro o como la confirmación de que el universo conspira
en nuestra contra. Si nos niegan el ascenso, por ejemplo, podemos pensar que el
jefe no nos aprecia o que nos tiene manía, aunque en realidad podría deberse a
otras mil razones.
Cuando llevamos las cosas al plano personal, en vez de
considerar todas las opciones posibles, nos limitamos a valorar aquellas
alternativas directamente vinculadas a nosotros, llegando probablemente a
conclusiones erróneas que luego determinaran nuestro comportamiento y se
convertirán en una profecía que se autocumple.
¿Cómo dejar de
tomarse esas cosas de manera personal?
-Concientiza tu
tendencia a tomar las cosas de manera personal, sobre todo cuando las
situaciones se escapan de tu control o no ocurren como habías previsto. Toma
conciencia de cómo reaccionas ante las situaciones que generan decepción y
aprende a superar la frustración. ¿Llegas inmediatamente a la conclusión de que
es culpa tuya o piensas que el Universo entero está en tu contra?
Reconocer esa tendencia a tomarte las cosas de manera
personal es el primer paso para cambiar este patrón de pensamiento. Solo cuando
reconoces la personalización puedes preguntarte si tu respuesta es racional y
buscar explicaciones alternativas.
En cierto punto llegaras a la conclusión de que las
desilusiones son parte de la vida, no podemos obtener siempre lo que queremos
porque muchas veces esas cosas no dependen exclusivamente de nosotros. Se trata
de comprender que en ocasiones la vida es difícil, pero todo es aún más difícil
cuando te tomas las baches del camino de manera personal. En realidad, todos tenemos que pasar por esos
baches, no es nada personal. El universo no conspira contra ti. Tú conspiras
contra ti cuando te lo tomas como algo personal.
-Reconoce que no
siempre conoces los motivos detrás del comportamiento de los demás. Cuando alguien
te decepciona, en vez de tomarlo como algo personal e intentar adivinar los
motivos de ese comportamiento, simplemente asume que no siempre puedes saber
por qué las personas se comportan de
cierta forma. El mundo no gira en torno a ti. Existen mil variables más que
pueden estar determinando el comportamiento de esa persona.
En muchos casos las críticas, los desaires o incluso las
humillaciones dicen más de esa persona que de ti. De hecho, en muy pocos casos
la magnitud y la intensidad de ese comportamiento son proporcionales a lo que
has hecho o dejado de hacer sino que dependen del estado de ánimo anterior de
esa persona, de las expectativas que tenía y de mil factores más que escapan a
tu control.
2- Asumir la
felicidad, decepciones y batallas de otras personas de manera personal.
Esta es la segunda forma que toma la personalización que
puedes poner en práctica. Crees que eres responsable de los demás, de sus
comportamientos e incluso de sus sentimientos. Crees que la felicidad-o
infelicidad- de los demás depende de ti, de manera que hacer tuyas sus batallas
y arrastras sus fracasos como si fueran propios.
Este mecanismo de personalización no solo te hace daño a ti,
puesto que te obligas a cargas con un pesado fardo que no te corresponde, sino
que también daña a la otra persona ya que, al asumir sus responsabilidades, le
impides madurar y hacerse cargo de su propia felicidad.
¿Cómo dejar de
tomarse esas cosas de manera personal?
-Cuestiona la
validez de tus creencias. ¿Hasta qué punto realmente ers responsable de los
éxitos o la felicidad de los demás? Es obvio que cuando se trata de personas
cercanas, tu comportamiento influirá en su bienestar, pero no debes olvidar
que, en última instancia, esas personas deben tomar sus propias decisiones, por
lo que tu influencia será bastante limitada.
No puedes controlar su vida no tomar decisiones en su lugar,
no seria justo, por lo que tu nivel de control es limitado. Y eso te lleva a
una conclusión: no eres responsable por sus éxitos ni fracasos, por lo que no
debes tomarlos como algo personal. Puedes estar dispuesto a ayudar, pero aun así
no puedes evitar que esas personas prueben las dos caras de la vida.
Superar esta segunda forma de personalización puede
representar un enorme desafío para muchas personas, sobre todo cuando han
asumido que son responsables de la felicidad de sus hijos, pareja u otras
personas cercanas.
Sin embargo, dejar de sentirte responsable por la vida de
los demás no solo es liberador sino que probablemente también mejorara la
relación con esa persona.
De una forma u otra, si no te tomas nada personal, tú
también serás libre, retomaras el control de tu vida emocional y podrás tomar
mejores decisiones desde una perspectiva más desapegada y objetiva. Es un
cambio que vale la pena.
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