En el
momento actual en que se encuentra la humanidad, la mente de todos nosotros
funciona de forma hiperactiva, nuestro pensamientos van rápidamente malgastando
cantidades enormes de energía pasando de vivir en el pasado a sentir cólera,
ansiedad, miedo y todo tipo de deseos, situaciones y sentimientos con los que
convivimos y, que convierten nuestra vida en un laberinto del que en ocasiones
no podemos escapar.
Funcionando
como un coche con piloto automático, pocas veces nos damos cuenta de que
estamos bloqueando nuestra conciencia, tenemos tantas preocupaciones, que no
somos conscientes de ello.
La
conciencia, no es ni una idea ni una emoción. Tampoco es algo físico que puedas
utilizar, por lo que solo la podemos conocer experimentándola. Los pensamientos
y las emociones son formas mentales, aunque no podemos tocarlos como las cosas
materiales, no por eso dejan de ser objetivos, todo lo que existe en el
universo es individual y único, cada objeto es separado e identificado por si
forma.
Cuando nos
identificamos co los pensamientos nos vemos sumergidos en una colección de
“cosas”, esperanzas, recuerdos, preferencias etc. Cosas que llamamos “nuestra
vida”. Pero si detuviéramos nuestros pensamientos nos daríamos cuenta de que
nada de esto existe, es en ese momento cuando solo hay conciencia pura. Entonces nos damos cuenta de que somos:
CONCIENCIA
Durante toda nuestra vida, mientras nuestro Cuerpo/mente
estaba ocupado con distintas experiencias, nuestra conciencia permanecía
vigilante, como un testigo atemporal. Los aspectos de nuestra vida seguirán
cambiando, pero nuestra conciencia permanecerá siendo un testigo inmóvil de la
película que llamamos vida.
Por mucho que lo intentemos no podremos comprenderla, ni
controlarla ni manipularla, al no existir como una cosa física, respecto a
nuestra mente, ésta considera que no existe.
Esa es la cuestión a la que nos enfrentamos, llegar a
conocer algo que “no es”, de forma más íntima de lo que conocemos nuestras
propias mentes. Algo que carece de límites y por lo tanto no hay nada de ella
que pueda cambiar. Todo cambia y termina dejando de existir, ya que el cambio
es la única constante en la esfera de lo creado, solo la conciencia dura para
siempre, nunca cambia, nunca muere.
Es el terreno del amor eterno y la paz infinita, es la
Fuente de la que un día partimos y a la cual volveremos para Unificarnos en la
Totalidad, siendo al fin solo UNO.
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