lunes, 28 de octubre de 2019

ALIMENTO PARA TU PIEL





La rúcula 


Tu piel estará elástica y protegida con rúcula. Las hojas de rúcula poseen antioxidantes que aumentan la resistencia de la piel a las radiaciones ultravioletas del Sol. Protegen la elasticidad de la piel y previenen infecciones. Además aporta nutrientes y compuestos amargos que favorecen la digestión.

Es muy rica en ácido fólico (80 g aportan el 40% que se requiere al día) y vitamina C (el 20%). Su contenido en calcio es también notable: 80 g cubren más del 15% de las necesidades diarias. Disfruta de la rúcula en ensaladas con otras hojas, tomate y aceitunas; o en la pizza, añadiéndola justo antes de servirla.

Las brevas.

Las brevas que puedes consumir de mayo a junio son higos que no maduraron el verano pasado y se quedaron todo el invierno en el árbol como pequeños botones. Son más grandes y más dulces que los higos. 

El betacaroteno y el zinc de las brevas ayuda a mantener la salud de la piel. Además el látex de su piel se usa en medicina natural para tratar las verrugas y la psoriasis.  Son ricas en fibra prebiótica, que refuerza la microbiota, y en calcio (34 mg en 100 g).

El plátano.

El plátano es oro para la dermis. Fácil de llevar y pelar, el plátano es un tentempié ideal porque ofrece  una ración de energía en cualquier momento, gracias a su riqueza en hidratos de carbono. No tires la piel, pues la puedes añadir a tus smoothies para enriquecerlos con luteína, un compuesto que protege la salud de la piel y de los ojos (previene la degeneración macular.

El potasio que contiene lo convierte en un aliado frente a la hipertensión arterial que compensa el efecto del sodio, demasiado abundante en la dieta que la mayoría de personas. También aporta magnesio (36 mg/100 g) y vitamina B6 (o,37 mg).

Es un regulador de la digestión, el plátano algo verde puede ayudar a frenar las diarreas y el bien maduro alivia el estreñimiento. Otra propiedad es que protege la mucosa del estómago y de los intestinos.

Aguacate contra la inflamación

El aguacate es una fruta extraordinaria por su pulpa rica en grasa saludable. Además se puede extraer de ella un aceite con múltiples propiedades beneficiosas. Para extraer el aceite solo hay que hacer un puré con la pulpa calentarla y separar la fibra.

La grasa monoinsaturada predomina en su composición con el 71 % de los ácidos grasos. El resto son saturados (13,5 %) y poliinsaturados ( 12%) con una pequeña dosis de omega-3. Este perfil graso favorece el control del colesterol (reduce el malo y aumenta el bueno) y de la hipertensión arterial.

En la artrosis y la artritis, la ingesta de aceite de aguacate puede resultar beneficiosa por sus propiedades antiinflamatorias. Puedes utilizarlo en la preparación de recetas igual que el aceite de oliva.

El albaricoque.

Los albaricoques rebosan de vitaminas antioxidantes C y A (esta en forma de betacaroteno) 100 g aportan respectivamente el 20 y el 40 % de las necesidades diarias. Es una fruta antiaging porque las vitaminas, junto con las catequinas y otros flavonoides, actúan contra los radicales libres que dañan los tejidos del cuerpo. La piel es una de las beneficiadas con el consumo habitual.

El melón.

El melón charentais, que se caracteriza por las estrías oscuras que parecen dividirlo en gajos, es una variedad de cantalupo, todavía más aromática. La pulpa anaranjada es rica en provitamina A (16 g mcg/100 g ), buena aliada de la piel, la vista y las mucosas. Y también en vitamina C, que refuerza el colágeno. Puedes obtener hasta el 85 % de la vitamina C que necesitas cada día comiendo 3-4 buenas rodajas ( 200 g, casi la mitad de un melón )

Además te hidratara, pues como la mayoría de las frutas es agua en un 90 %. Ingerir una cantidad suficiente de agua es importante para la piel, y también para el funcionamiento del corazón, los riñones y el sistema digestivo.


TU CUERPO




La conciencia y tu cuerpo deben de estar en armonía, ya que forman un TODO.

Día y noche tú cuerpo está trabajando para ti, está a tu servicio. Hace todo lo necesario para tu supervivencia, para tu vida, aunque tú nunca le hayas dado ni siquiera una vez las gracias.  El amor y la compasión son necesarios para tu cuerpo y su nutrición, ya que cuanto mejor este tu cuerpo mayor será la probabilidad de hacer crecer tu conciencia. Tu cuerpo es una unidad orgánica que debes respetar y conocer con detalle.

Cualquier educación que no enseñe a cuidar, querer y tener compasión de tu cuerpo, tampoco te enseñara a entrar en tu propia conciencia.

El cuerpo es la puerta para fusionarte con tu YO.

EXAMINATE.

Siente como tienes una armadura a tu alrededor; no está adherida a ti, cuando tú quieras puedes quitártela, tirarla. La armadura está muerta; si tú no cargas con ella, desaparecerá. Pero tú, no solo la estas cargando sino que también la estas alimentando continuamente.

Si te fijas, todos los niños fluyen. No tienen partes congeladas en ellos; todo su cuerpo es una unidad. No existe división; no hay demarcaciones. Sin embargo, poco a poco estas demarcaciones empiezan a aparecer. Entonces la mente se convierte en jefe, toma el mando, y todo tu cuerpo se divide en partes. Algunas son aceptadas por la sociedad y otras no. Hay partes que la sociedad considera “peligrosas” y tienen que ser anuladas.

Esa es la raíz de todo el problema. Para resolverlo debes observar en que partes de tu cuerpo tienes limitaciones, tan solo tienes que hacer tres cosas.

Una: Caminando, sentado o tumbado espira profundamente. El énfasis tiene que estar en la espiración, no en la aspiración. Espira profundamente, sacando todo el aire que puedas, suelta el aire por la boca poco a poco. Cuando todo el aire que había en tu cuerpo haya salido, el cuerpo aspirara; no eres tú el que debe aspirar, tu cuerpo lo hace por ti.

La espiración debe ser lenta y profunda y la aspiración debe de ser rápida. Este ejercicio modificara la armadura cerca del pecho.

Dos: Si puedes comenzar a correr hazlo; si lo prefieres camina un rato. Visualiza mientras caminas como un peso está desapareciendo de tus piernas, como si estuviera cayendo, poco a poco, tus piernas están volviéndose ligeras.

La armadura de tus piernas se formó si tu libertad fue restringida, si se te ha ordenado que hacer, como ser y adonde ir. Mientras caminas, presta atención a la espiración. Cuando recuperes la fluidez en tus piernas notaras un gran flujo de energía en tu cuerpo.

Tres: Por la noche, cuando vayas a acostarte desvístete, mientras te quitas la ropa imagínate que vas quitándote partes de la armadura que llevabas puesta. Despójate de ella lentamente, conscientemente, libérate de la presión de todos los conceptos que te estaban aprisionando. Estirando todo tu cuerpo realiza  una respiración profunda; después vete a dormir, sin armadura, con total libertad, sin restricciones.

Y recuerda…cuida de tu cuerpo…es el único lugar donde tienes que vivir.

jueves, 10 de octubre de 2019

A VECES SER FUERTES NO ES UNA ELECCIÓN....




A veces, la vida nos pone piedras en los bolsillo para que descendamos hasta la más cruda realidad. Es entonces cuando no queda más opción que la de ser fuerte, conjugar la armadura con la espada, actuar con inteligencia y aprovechar la energía de un corazón inoxidable. Sin embargo, tarde o temprano la entereza se apaga, se rompe, se agota...

Cuando leemos algún clásico sabemos casi al instante en qué momento la fatalidad comienza a hacer sombra. Leer a Virgilio, a Shakespeare o a Dickens supone aguardar ese momento en que surge esa grieta que todo lo altera, ese pliegue que todo lo contiene y lo cambia. Como lectores curtidos que somos, sabemos anticipar incluso en qué instante se va a desencadenar la traición, la trampa, el error o la tragedia.

Sin embargo, en el escenario de nuestras vidas, menos literarias y con más aristas, rara vez anticipamos que el curso natural trama alguna sutil venganza contra nosotros. Pocos logramos anticipar cuando avanzamos en línea recta centrados en nuestros sueños, de quehaceres y proyectos, que el destino tiene otro plan: abrir una trampilla bajo nuestros pies para susurrarnos aquello de "ahora toca esperar, ahora tus ilusiones quedan (al menos) aplazadas".

Nadie nos explico nunca qué es eso llamado adversidad; de hecho se presentó ella misma, en primera persona, como maestra. A muchos, nos educaron bajo la promesa de que quien se esfuerza obtiene recompensas; que si amas, cuidas y atiendes no abandonan; que si confías, las cosas buenas llegan.

Sin embargo, la vida suele tener a veces una brújula mal calibrada, de esas que no marcan el norte, de esas donde se nos obliga a ir por el camino más largo, el más duro, el más complejo...ahí donde no queda otra opción más que la de ser fuerte (o parecerlo) al menos para que el destino se asuste y achante la "mui")

Sí, la persona fuerte tiene más riesgos de sufrir depresiones.

En la actualidad, hay muchos libros de autoayuda y artículos de crecimiento personal obsesionados en enseñarnos cuáles son las 7, 8 o 12 características  de las personas "fuertes". Existe la idea equivocada de que la debilidad o la vulnerabilidad nos abocan irremediablemente a la enfermedad mental.

Así, siguiendo esta línea argumental, ser "mentalmente fuertes" nos permitirá capear, evitar y defendernos con eficacia de los trastornos de ansiedad o esa distima que nos atrapa y que difícilmente nos deja escapar. Todo tiene matices, no lo olvidemos: las personas acostumbradas a ser fuertes son las que tienen mayor riesgo a la hora de desarrollar una depresión. Pensemos, por ejemplo, en los cuidadores que atienden a sus familiares dependientes. 
Pensemos también en el padre o la madre de familia cuyo cónyuge está desempleado y tiene sobre sus espaldas múltiples responsabilidades, más allá incluso que las económicas.
Pensemos , por qué no, en muchísimos profesionales que ocupan y preocupan sus vidas ayudando a otros,  a colectivos desfavorecidos, a niños con problemas, a mujeres que sufren maltratos.....

A menudo, luchamos por mantenernos fuertes por los demás, por ofrecer la mejor versión de nosotros mismos y conferir así seguridad, solvencia, eficacia, cercanía, esperanza y positividad. Sin embargo, no nos damos cuenta de que lo que hacemos muchas veces es "actuar", seguir un papel que nosotros mismos nos acabamos creyendo: eso sí, sin saber que nos estamos traicionando.

Traicionamos nuestros sentimientos más genuinos, esos que se alborotan en nuestro interior; miedos, incertidumbres, ansiedad, sensación de soledad... Hasta que tarde o temprano "nos rompemos", y lejos de pedir ayuda, nos callamos; o lo que es peor, seguimos priorizando  obsesivamente las necesidades o los deseos de los demás....

Si ser fuerte es tu única opción, permite aceptar tu propia vulnerabilidad.

Todos lo tenemos claro, en el libro de nuestra vida también hay epopeyas, también hay retos que no pedimos, tragedias que nos vinieron dadas y pruebas de valor que estamos obligados a sortear. Sin embargo, en esta narrativa del día a día donde a menudo se nos ve como héroes porque podemos con todo y donde no osamos emitir una queja o una lagrima, hay una falta de ortografía que cometemos constantemente: descuidarnos a nosotros mismos.

Si ser fuerte es tu única opción acepta tu vulnerabilidad, porque lo vulnerable no trae debilidades, sino la conciencia de que a veces necesitamos detenernos y simplemente, respirar profundo. Ser fuerte no es ignorar el enfado o la contradicción, no es perdonar un diez y cien veces lo que hace daño hasta perder la dignidad. Ser fuerte no es tampoco actuar con dureza, imponiendo las propias perspectivas para crear entornos autoritarios con el fin de mantener el control sobre lo que nos rodea.

En realidad, lo que nos hace débiles es ocultar nuestro propio "yo" al mundo. Si nos preocupamos en exclusiva por mantener nuestra reluciente coraza para aparentar eficacia, fortaleza y la apariencia de que podemos con todo y más, aumentando de forma progresiva esa distancia insalvable entre lo que "soy" y lo que "muestro", entre lo que "ofrezco" y lo que verdaderamente "necesito" en un momento dado.

Así, una forma de hacer uso de esa llave resiliente que abre la puerta de nuestra autoestima consiste en revelarnos como seres genuinos en cada momento. Porque uno puede ser fuerte, pero al mismo tiempo capaz de pedir ayuda cuando así lo necesite. Porque tampoco es menos fuerte quien en un momento dado favorece el desahogo emocional para aunar fuerzas...

Para concluir, ser fuerte en un mundo donde no se entiende el valor de la vulnerabilidad dificulta sin duda nuestra capacidad para favorecer ese bienestar psicológico que necesitan nuestros auténticos héroes. Esos que cuidan de los demás, esos que en un momento dado, se vieron obligados a encarar la adversidad sin que nadie les previniera antes de que la vida, a veces, es mucho más dura de lo que nos explican los libros....

jueves, 3 de octubre de 2019

SOMOS CONCIENCIA





En el momento actual en que se encuentra la humanidad, la mente de todos nosotros funciona de forma hiperactiva, nuestro pensamientos van rápidamente malgastando cantidades enormes de energía pasando de vivir en el pasado a sentir cólera, ansiedad, miedo y todo tipo de deseos, situaciones y sentimientos con los que convivimos y, que convierten nuestra vida en un laberinto del que en ocasiones no podemos escapar.

Funcionando como un coche con piloto automático, pocas veces nos damos cuenta de que estamos bloqueando nuestra conciencia, tenemos tantas preocupaciones, que no somos conscientes de ello.

La conciencia, no es ni una idea ni una emoción. Tampoco es algo físico que puedas utilizar, por lo que solo la podemos conocer experimentándola. Los pensamientos y las emociones son formas mentales, aunque no podemos tocarlos como las cosas materiales, no por eso dejan de ser objetivos, todo lo que existe en el universo es individual y único, cada objeto es separado e identificado por si forma.

Cuando nos identificamos co los pensamientos nos vemos sumergidos en una colección de “cosas”, esperanzas, recuerdos, preferencias etc. Cosas que llamamos “nuestra vida”. Pero si detuviéramos nuestros pensamientos nos daríamos cuenta de que nada de esto existe, es en ese momento cuando solo hay conciencia pura. Entonces nos damos cuenta de que somos: CONCIENCIA

Durante toda nuestra vida, mientras nuestro Cuerpo/mente estaba ocupado con distintas experiencias, nuestra conciencia permanecía vigilante, como un testigo atemporal. Los aspectos de nuestra vida seguirán cambiando, pero nuestra conciencia permanecerá siendo un testigo inmóvil de la película que llamamos vida.

Por mucho que lo intentemos no podremos comprenderla, ni controlarla ni manipularla, al no existir como una cosa física, respecto a nuestra mente, ésta considera que no existe.

Esa es la cuestión a la que nos enfrentamos, llegar a conocer algo que “no es”, de forma más íntima de lo que conocemos nuestras propias mentes. Algo que carece de límites y por lo tanto no hay nada de ella que pueda cambiar. Todo cambia y termina dejando de existir, ya que el cambio es la única constante en la esfera de lo creado, solo la conciencia dura para siempre, nunca cambia, nunca muere.

Es el terreno del amor eterno y la paz infinita, es la Fuente de la que un día partimos y a la cual volveremos para Unificarnos en la Totalidad, siendo al fin solo UNO.