viernes, 30 de agosto de 2019

PROBLEMAS DE HERNIAS



LA HERNIA.

La hernia es una hinchazón de tejidos blandos o un órgano saliente a través de la pared muscular, ahí donde existe un punto débil que permita esa salida.

Las hernias pueden variar de lugar, son más frecuentes a lo largo de la pared abdominal. El lugar donde aparecen indica la naturaleza y su mensaje. Por ejemplo en una bebe puede estar vinculada con una mala cicatrización del cordón umbilical, y expresa el rechazo como bebé a dejar el tierno nido materno. 

En el adulto, puede expresar  un gran deseo guardado en silencio de romper una situación o romper con una persona que me es desagradable y con la cual me siento comprometido. También puede expresar un auto-castigo porque me culpo sintiéndome impotente o incapaz de realizar ciertas cosas. Vivo así una frustración frente a mí mismo, alcanzando un nivel en el cual todo explota, o más bien “implosiona” en mi interior.

Como no he liberado, ni he hallado un modo de salir de la situación, la pared abdominal protege mis órganos internos y los mantiene en su lugar. Por consiguiente, la hernia en el músculo puede estar vinculada al deseo de guardar mi universo en su lugar sin permitir la liberación de la agresividad o expresiones más fuertes.

Hay un “impulso mental” (estrés) que intenta brotar. Quiero salir de un estado o de una situación que no es agradable y en la cual estoy obligado a quedarme. Ha llegado el momento de una nueva salida. Necesito ser yo y expresar mi creatividad. Ahora me permito ser yo mismo y exteriorizarme libremente.

 Vivo más amor hacía mí y hacía los demás porque ahora sé “Quien soy”

HERNIA DISCAL.

Un disco es una estructura redonda y llana situada entre cada par de vértebras de la columna vertebral, está rodeada por una sustancia similar a la jalea (como gelatina) que sirve para amortiguar.

En una hernia discal, la presión viniendo de una o varias vértebras comprime esta masa gelatinosa y la hace salir, reduciendo el efecto amortiguador y creando dolor en los nervios vecinos.

En una hernia discal, además de lo que significa una hernia, hay una soltura anormal de líquidos, implicando, desde el punto de vista metafísico, las emociones. Hay también dolor de nervios, implicando la energía mental y la culpabilidad. Todo esto parte de un conflicto que afecta todos los aspectos de mi ser. En la situación de hernia discal, la palabra clave es presión.

Puedo sentir esta presión a nivel de mis responsabilidades familiares, financieras, de mi trabajo, etc. Es como si ejerciera una presión sobre mí, que sobrepasa los límites. Tengo la sensación de estar solo en la vida, de no tener ningún apoyo, dudando en confesarlo a los demás y, sobre todo, a mí mismo. Lo cual me da la sensación de estar preso. Es importante que sepa que parte es la que tengo afectada de la espina dorsal, para comprender mejor lo que me pasa.

Ahora  afirmo:

 Me siento sostenido por la vida. Me libero de cualquier culpabilidad o presión. Me siento y me amo tal como soy. Hago las cosas lo mejor que sé y dejo el resto a Dios.

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jueves, 29 de agosto de 2019

IMPACTO DE LAS EMOCIONES EN EL CUERPO


El impacto de las emociones en el cuerpo

A nivel cerebral, la amígdala y el hipocampo, dos estructuras que forman parte del sistema límbico, se encargan de almacenar y gestionar las emociones. Sin embargo, el cuerpo también se aferra a las emociones del pasado.

Cada sentimiento o emoción que experimentamos se traduce en un péptido que se libera en algún lugar de nuestro organismo. Nuestros órganos, tejidos, piel, músculos y glándulas endocrinas tienen receptores peptídicos, por lo que podrían acceder y almacenar esa información emocional. Esto significa que la memoria emocional se almacena en diferentes partes del  cuerpo, no solo en el cerebro.

Las emociones no expresadas no desaparecen sino que se alojan, literalmente, en el cuerpo, mientras que las emociones que se expresan se reflejan en el cuerpo pero no se quedan estancadas sino que fluyen y desaparecen o se integran armoniosamente sin causar daño.

Un estudio realizado en la Universidad de Aato revelo cómo experimentamos las emociones en el cuerpo. Lo curioso fue que, independientemente de las influencias culturales, todos los participantes coincidieron en el mapa de la sensación corporal para las emociones básicas y complejas, desde el amor hasta la vergüenza.

¿Cómo se produce la tensión muscular por estrés?

La experiencia corporal de la emoción es casi instantánea. Tardamos apenas unos segundos en experimentar una emoción negativa a nivel corporal. Cuando nos estresamos, tensamos automáticamente los músculos de la mandíbula y los que rodean los ojos y la boca, así como los músculos del cuello y la espalda. Estos músculos se tensan a la vez para preparar el cuerpo para reaccionar y luego se relajan cuando la situación estresante ha desaparecido.

Se trata de una reacción refleja para protegernos y en realidad no es dañina, excepto cuando el estrés se convierte en un estado crónico. En ese caso, los músculos jamás se relajan sino que se mantienen en un estado de tensión constante.

De hecho, se ha comprobado que las personas sometidas a un nivel de estrés crónico a lo largo del tiempo sufren un acortamiento de los músculos del cuello y los hombros. También se ha apreciado que una carga de trabajo mental produce un aumento de la tensión muscular en las áreas cervical y de los hombros, sobre todo en el caso de las personas que trabajan delante del ordenador.

Una teoría explica que la tensión muscular disminuye el flujo sanguíneo hacia la zona afectada, lo cual reduce el suministro de oxígeno, favoreciendo la acumulación de ácido y metabolitos tóxicos. Además, el acortamiento de las fibras musculares también puede activar los receptores del dolor. De hecho, se conoce que las estructuras nerviosas se activan cuando hay estrés, de modo que este también disminuye el umbral del dolor y hace que percibamos de manera más intensa de lo que realmente es.

El cuadro empeora con la falta de movimiento, que disminuye aún más el flujo sanguíneo y la oxigenación. Así caemos en un círculo vicioso.

Tensión muscular por estrés: Síntomas y soluciones.

La tensión muscular por estrés se ha asociado con el dolor de cabeza emocional o tensional, aunque también causa dolores musculares crónicos, contracturas e incluso espasmos musculares. De hecho, cada vez hay más personas que sufren condiciones dolorosas crónicas debido a los trastornos músculo-esqueléticos.

Los dolores musculares por estrés suelen afectar estas áreas:

1. Mandíbula.  Las emociones como la ira y el estrés duelen hacer que apretemos la mandíbula y los músculos alrededor de la boca. Lo hacemos sin darnos cuenta pero con una fuerza enorme, por lo que no es extraño que toda esa zona termine afectada.

¿Solución? Cuando te sientas estresado, conviene soltar la mandíbula como si estuvieses suspirando. También puede ayudar bostezar o pronunciar la “O” con los labios cerrados.

2. Entrecejo. Cuando estás tenso o preocupado, es usual que frunzas el entrecejo, lo cual añade una gran tensión muscular a la zona de la frente que suele dar pie al dolor de cabeza tensional.

¿Solución? Libera la frente levantando u bajando las cejas unas cinco veces. También te ayudara inhalar profundamente mientras cierras los ojos, y luego exhalar mientras liberas la tensión y abres los ojos.

3. Cuello. La tensión muscular por estrés suele concentrarse en el cuello, sobre todo si realizar un trabajo de oficina.

¿Solución? Es importante favorecer el flujo sanguíneo hacia los músculos del cuello moviendo la cabeza suavemente de un lado a otro y hacia arriba y abajo.

4. Hombros. En los hombros también se suele concentrar mucha tensión, por lo que es común que sean el epicentro de las contracturas musculares por estrés.

¿Solución? Inhala mientras levantas los hombros intentando tocar los oídos y exhala mientras los bajas, guiándolos hacia atrás. Un masaje en la zona también puede obrar milagros.

5. Espalda. El estrés también interfiere en la coordinación de los grupos musculares que intervienen en el funcionamiento de la espalda. Lo normal es que los abdominales y la musculatura para vertebral se coordinen entre sí para mantener una postura o conservar el equilibrio durante el movimiento. Sin embargo, esa coordinación depende de reflejos nerviosos, de manera que el estrés afecta la coordinación de esos reflejos y hace que la musculatura se contraiga inadecuadamente, lo cual favorece las contracturas musculares por estrés.

¿Solución? Una ducha caliente puede ayudar a relajar los músculos de la espalda, así como mantener un nivel de actividad física moderada. Los ejercicios de yoga también son ideales para aliviar ese dolor muscular.

¿Cómo evitar la tensión muscular por estrés? 

Es mejor prevenir que curar. Por eso, si bien los ejercicios anteriores ayudan a aliviar la tensión muscular por estrés, lo ideal es asumir un estilo de vida que nos proteja de la ansiedad y sus consecuencias. En muchas ocasiones eso implica realizar un cambio radical a nivel interior y asumir que no siempre es posible cambiar la situación, pero podemos cambiar la manera de reaccionar ante ella, y eso puede ser suficiente para lograr la serenidad y paz interior.

- Aprende a priorizar. El estrés suele ser el resultado del agobio, es una situación que sobrepasa nuestros recursos de afrontamiento, por lo que una manera para evitarlo consiste en aprender a priorizar. Cuando sabes lo que es importante en tu vida, puedes organizar mejor tu jornada y dejar de preocuparte tanto por esas pequeñas tareas que pueden convertirse en un auténtico agujero negro por el que se escapa tu tiempo y energía. Y si es necesario, también debes aprender a delegar y confiar más en los demás.

 No hay necesidad de que te encargues de todo personalmente, pide ayuda y delega todas aquellas responsabilidades que no te corresponden, tanto a nivel profesional como personal. Cuando todos a nuestro alrededor asumen sus responsabilidades, todo fluirá mucho mejor. 

- Practica el mindfulness. El mindfulness es un método excelente para combatir la tensión muscular por estrés debido a que incrementa la conciencia emocional, facilitando la gestión de los estados emocionales. Existen diferentes técnicas, una de ellas consiste en centrarse en una emoción y analizar su impacto en el cuerpo, sin juzgar, ya que el objetivo es comprender cómo se refleja la tensión en los diferentes grupos musculares. Luego se puede imaginar que esa emoción es como una nube que se aleja, de manera que al no aferrarte a ella, logras relajarte y mejoras el autocontrol emocional. 

Gracias al mindfulness podrás desarrollar una atención plena, darte cuenta de cuándo sobreviene el estrés y resolverlo inmediatamente antes de que cause daño. El mindfulness, por otra parte, te ayudará a vivir más en el presente, por lo que te ayudará a aliviar las tensiones causadas por el futuro. 

- Aplica la reestructuración cognitiva. La reestructuración cognitiva es una técnica muy eficaz para asumir las situaciones potencialmente estresantes de manera más objetiva. Te ayudará a establecer una distancia psicológica, poniendo las emociones a un lado. Esta técnica se usa para identificar y corregir los patrones de pensamiento negativo que alimentan el estrés. Esta técnica requiere un duro trabajo interior ya que debes identificar las creencias irracionales que están favoreciendo el estrés y ponerlas en tela de juicio a través de una serie de preguntas, como por ejemplo: ¿Qué es lo peor que podría pasar si ese pensamiento se hace realidad? O ¿Cuáles son las probabilidades reales de que ese pensamiento se vuelva un hecho? 

- Practica técnicas de relajación. A veces, es casi imposible evitar el estrés, por lo que conviene tener a mano un arsenal de técnicas de relajación que ayuden a aliviar las tensiones. Si tienes poco tiempo, puedes aplicar algunas técnicas para relajarse en un minuto, pero es conveniente que al menos tres veces a la semana apliques otros métodos, como la técnica de relajación muscular progresiva de Jacobson o ejercicios de respiración.
Jennifer Delgado

martes, 27 de agosto de 2019

PALABRAS QUE DUELEN




Hay palabras que duelen, que consuelan, palabras vacías, balsámicas, mortíferas…y silencios aterradores. ¡Qué importantes son las palabras!

Las palabras nos hacen y nos deshacen.

Nos hacen felices cuando recibimos la aprobación de los demás y nos deshacen cuando nos humillan o insultan. Ayudan a nombrar la pena y también el amor. Nos acercan a un amigo o nos alejan de él. No se ven, pero se sienten, pesan en el ánimo. Somos seres de palabra. Sin ellas no podríamos nombrarnos, no sabríamos quienes somos ni cómo comunicarnos con los demás.


Quien agrede se cree poderoso. El agredido ignora que es solo un disfraz. Cuando las palabras ofensivas hacia la pareja son habituales, estamos ante un problema de violencia verbal que no deja huellas físicas, pero sí heridas invisibles muy potentes. Las amenazas, los gritos, los insultos, las descalificaciones, los desprecios, las burlas, las humillaciones, y las criticas permanentes dejan cicatrices. 

Hablamos de una violencia oculta, que suele ejercerse en el ámbito doméstico.

El que agrede verbalmente se cree poderoso. La persona  agredida también suele verlo fuerte, porque ignora que, en realidad, esa agresividad es un disfraz. Isaac Asimov expresaba muy bien la principal característica psicológica del agresor: “La violencia es el último recurso del incompetente”. Y así es el violento: un incompetente que no quiere reconocerlo y que proyecta la debilidad propia en su pareja.

¿Qué nos pasa?


1º- Se puede soportar la violencia verbal para pagar una culpa inconsciente que proviene de deseos y fantasías infantiles que nunca se realizaron.


2º- La mujer que se deja agredir verbalmente tiene idealizada a su pareja y no se defiende porque ha adoptado la posición de víctima.


3º- La violencia verbal es peligrosa, ya que puede derivar en otra más grave. Si se sostiene en el tiempo, se disculpa al agresor y se queda sometido a sus palabras.


¿Por qué se le quita importancia a la violencia verbal? ¿Por qué se banaliza, con el argumento de que no se quería decir lo que se dijo?

La pareja se construye según un acuerdo inconsciente.

Cada componente de ella desarrolla partes de uno mismo que el otro necesita y, renuncia a partes propias que proyecta sobre el otro. Si la mujer no se atreve a defenderse o a ser agresiva, proyecta su agresividad en la pareja y soporta sus insultos. El hombre, por su parte, si no soporta sus debilidades las proyecta en la mujer y la ataca porque la ve frágil.


El abuso verbal puede hacerse con una sonrisa, que disfraza la hostilidad.

En la pareja, puede que el hombre sea muy narcisista, dependiente de su madre, por lo que necesita minusvalorar a su mujer para no sentirse un niño en sus manos, además rivaliza con ella, porque su identidad masculinidad masculina se tambalea.

Por su parte, la mujer puede estar identificada con un padre débil al que quiere mucho. Y tiene una relación muy conflictiva con una madre dominante, a la que no quiere parecerse. Siempre ha sido, inconscientemente, muy ambivalente ante la debilidad del padre. La rabia que siente hacia él, y que conscientemente niega, la hace sentirse culpable y por esa culpa soporta la supuesta fortaleza de la pareja. En alguna medida, se deja castigar. Ambos rechazan de sí mismos aspectos que no les gustan, poniéndoselos en el otro.

Ella asume la debilidad de él y no pone en práctica su fuerza porque se ha identificado con su padre.

Él rechaza su debilidad, porque su identidad masculina es precaria.

El abuso verbal puede ser directo o sutil, y los comentarios se pueden hacer de manera agresiva, pero también se pueden realizar con una sonrisa. 

Cuando se abusa  es más difícil defenderse, porque las formas disfrazan la hostilidad.

El que ejerce la violencia verbal ve a su pareja como un adversario al que hay que atacar. La juzga y la crítica, y puede manipular la situación diciéndole que lo hace por su bien, para que se dé cuenta de cosas. Pero lo que de verdad quiere es descalificarla.

¿Qué podemos hacer?

Es importante que la persona agredida  se pregunte por qué no frena la violencia verbal. Reflexionando sobre la posición que se tiene en relación al otro, se puede cambiar y dejar se someterse a una violencia invisible y dañina.

 ·         Conviene revisar cómo ha sido el trato recibido en la infancia. Las palabras que nuestros padres nos han dirigido y la relación con ellos tienen una gran influencia en las características que adquieres y los vínculos que construimos en la vida adulta.

Isabel Menéndez