martes, 14 de enero de 2020

ALIMENTO Y SALUD



Según las tradiciones místicas de Oriente, todo lo que tú crees que eres no es sino comida. Tu cuerpo es comida, tu mente es comida, tu alma es comida. Más allá del alma hay ciertamente algo que no es comida. A ese algo se lo conoce como anatta, sin yo. Es vacío total. Buda lo llama shunya, el vacío. Es puro espacio. No contiene nada excepto a sí mismo: es conciencia sin contenido.

Mientras el contenido persiste, la comida persiste. Por comida se entiende aquello que se ingiere del exterior. El cuerpo necesita comida física; sin ella comienza a marchitarse. Así es como sobrevive; no contiene sino comida física.

Tu mente contiene recuerdos, pensamientos, deseos, celos, ansias de poder y mil y una cosas. Todo eso es también comida; es comida a un nivel un poco más sutil. El pensamiento es comida. Por ello, cuando tienes pensamientos nutritivos tu pecho se expande, cuando tienes pensamientos que te dan energía te sientes bien. Alguien dice algo bueno acerca de ti, un cumplido, y mira lo que te pasa: te alimenta.

Y si alguien dice algo malo acerca de ti, observa: es como si algo te hubiera sido arrebatado, te sientes más débil que antes. La mente se alimenta de una forma más sutil. La mente no es sino el aspecto interno del cuerpo; por ello, lo que comes afecta a tu mente. Si comes alimentos no vegetarianos, tendrás un tipo de mente particular; si comes alimentos no vegetarianos, ciertamente tendrás un tipo de mente diferente.

Puedes experimentarlo por ti mismo. Come algo y observa; come alguna otra cosa y observa. Escribe notas acerca de ello y te darás cuenta y te sorprenderás al descubrir que cada cosa que digieres no es solo física, sino que contiene una parte psicológica. Provoca que tu mente sea vulnerable a ciertas ideas, a ciertos deseos.

Por ello, a lo largo de la historia, ha existido una búsqueda de un tipo de comida que no reforzara la mente, sino que contribuyera a su disolución definitiva; un tipo de comida que en lugar de reforzar la mente reforzara la meditación, la no-mente. No se pueden dar reglas fijas y exactas, pues cada persona es diferente y cada cual tiene que decidir por sí mismo.

Observa lo que induces en tu mente. La gente es completamente inconsciente; lee de todo, pero no lee nada; no para de ver la televisión, cualquier cosa tonta y estúpida. Escucha la radio, no para de chismorrear, de parlotear, todo el tiempo vertiendo basura sobre tu cabeza. Evita situaciones en las que cargas de basura innecesariamente. Ya tienes demasiada ahora mismo; lo que necesitas es librarte de ella.

Habla menos, escucha solo lo que sea esencial, sé telegráfico al hablar y al escuchar. Si hablas menos, si escuchas menos, poco a poco verás  que una limpieza, una sensación de pureza, como si acabaras de tomar un baño, comenzara a surgir en tu interior. Este es el suelo fértil para que la meditación florezca.

viernes, 10 de enero de 2020

LO QUE ESCONDE EL DESORDEN




Dicen que varios de los grandes genios han sido un verdadero monumento al desorden. Sin embargo, ser desordenado no te convierte en genio. Así como ser excesivamente ordenado tampoco te hace mejor persona, los extremos nunca son buenos. En el mundo actual el tiempo escasea y dedicarle tiempo a el cuidado de la casa no es fácil.

Pero eso no quiere decir que todo tenga que estar manga por hombro. Se puede mantener un espacio básicamente ordenado, sin necesidad de invertir demasiado tiempo en ello. Todo es cuestión de organizarse y adoptar algunos hábitos. ¿Por qué algunas personas no lo logran? ¿Qué hay detrás de su desorden compulsivo?

EL SIGNIFICADO DEL DESORDEN.

En general, el desorden en los espacios que habitamos es señal de desorden en nuestro mundo interior. Permanecer saturado de objetos, significa estar saturado de ideas y proyectos sin resolver. El desorden lanza un mensaje de confusión interna, falta de estructuración y falta de definiciones.

Los estudiosos del Feng Shui aseguran que el desorden tiene diferentes significados, dependiendo del lugar en donde se acumule.

Esto es lo que indican al respecto:

El desorden o los objetos amontonados en zonas que están a la entrada de una casa significan un profundo temor a relacionarte con otras personas.

El desorden o los objetos amontonados en la cocina o los espacios en donde se preparan alimentos significan fragilidad emocional y resentimientos.

El desorden o los objetos amontonados en los armarios significan dificultad para analizar y controlar los sentimientos y emociones.

El desorden o los objetos amontonados debajo de los muebles indican que se es muy dependiente de la opinión de los demás y se da gran importancia a las apariencias.

El desorden o los objetos amontonados detrás de las puertas es una expresión de miedo a ser rechazados por los demás y de la convicción de sentirse vigilado.

El desorden o los objetos amontonados en el escritorio o el sitio de trabajo significan miedo, frustración y necesidad de control sobre las situaciones.

El desorden o los objetos amontonados en  el garaje indican temor a lo nuevo y falta de destreza para actualizarse.

El desorden o los objetos amontonados en los pasillos significan miedo a expresarse, a decir directamente lo que se desea.

El desorden o los objetos amontonados en la sala es miedo a ser rechazado por la sociedad.

El desorden o los objetos amontonados en el comedor tienen que ver con sentirse controlado por la familia e inseguro de uno mismo.

El desorden o los objetos amontonados por toda la casa significan que tenemos ira reprimida y que nos sentimos apáticos y desinteresados por la vida.

LAS VENTAJAS DE SUPERAR EL DESORDEN


No es necesario que tengamos nuestros espacios como “una tacita de plata”. De hecho, preocuparnos demasiado por el desorden nos resta energía para cosas más importantes y nos vuelve exigentes, huraños y neuróticos.

Lo que sí es importante es poder habitar espacios que nos resulten agradables y fáciles de manejar. No es razonable estar a cada rato buscando cosas que se extravían por tanto desorden, ni deprimirnos con solo mirar el estado de nuestro lugar de trabajo o vivienda.

Una de las primeras causas del desorden es que quizás no has clasificado bien los objetos y, por eso mismo, hay muchas cosas que no tienen un lugar definido en donde deban estar. Es importante analizar cuáles son los tipos de objetos que hay en la casa o en la oficina, conformar categorías o grupos de objetos y definir dónde debe guardarse cada grupo.

Lo siguiente es trabajar en tu mente para disponerte a hacer lugar a lo nuevo. Mientras mantengas objetos que no necesitas, o conserves las cosas simplemente por conservarlas, te será imposible avanzar. Es necesario deshacerte de todo aquello que ya no es necesario. Lo que no hayas usado en el último año, debe ir a la basura o a un espacio de bodega.

Convéncete de que limpiar tu lugar es también limpiar tu mente, depurar tu entorno, sanear tu vida. Decídete a pasar a un nuevo nivel y despójate de los objetos que conforman un entorno en el que nada nuevo tiene cabida.

martes, 7 de enero de 2020

ADIÓS GRIPE



La gripe es una de las enfermedades víricas mejor conocidas, y como todas ellas, no responde al tratamiento antibiótico. Ahora bien, hay remedios caseros que ayudan a pasarla y superarla de forma saludable. Fortalecer el organismo y tratar la gripe con remedios naturales eficaces es la mejor manera de pasarla sin efectos secundarios.

Cómo cursa: La gripe suele manifestarse con nariz congestionada, faringe irritada, tos, dolor de cabeza, de huesos, fiebre o escalofríos.

¿Hay que vacunarse? Oficialmente se recomienda vacunarse si se pertenece a un grupo de riesgo, como los mayores de 65 años y quienes padezcan o hayan padecido afecciones pulmonares importantes, especialmente tras haber pasado la gripe. Pero muchas personas lo rechazan alegando que les produce síntomas de gripe. De hecho es una vacuna muy cuestionada, tanto por este motivo como por las dudas sobre su eficacia.

Eficacia cuestionada. La eficacia de la vacuna de la gripe se cifra habitualmente entre el 40 y el 65%, es decir, en uno de cada tres casos la eficacia resulta dudosa, y en un 10% de los casos produce a la persona síntomas pseudogripales.

Autoinmunidad. Y si contraes la gripe, piensa que pasarla es una de las mejores formas de vacunarte, pues se conserva una resistencia a padecerla de unos cuatro años, hasta que el virus haya mutado lo suficiente para que el organismo no lo reconozca.

Cómo tratarla.

¿Antigripales? Una opción son los antigripales, pero no los recomiendo: solo apagan los síntomas para seguir con el frenesí diario, aunque el cuerpo te pida lo contrario; parar.

Zinc. Este mineral parece reducir la duración y las complicaciones de la gripe, posiblemente porque impide la replicación de los rinovirus. Se puede tomar en forma de comprimidos o jarabe, y también en gargarismos o espray nasal.

Vitamina C. Mejor de origen natural, como la que contienen frutas o bayas. Además, ante la desgana habitual de la fiebre, entra muy bien consumir más fruta. Son adecuados el jugo de naranja, los arándanos y otros frutos del bosque, fresas, uvas.... y la infusión de escaramujo. También puedes tomar suplementos de vitamina C. No cura, pero estimula las defensas de forma rápida. Las bayas, además de vitamina C, contienen polifenoles con una cierta acción antiviral.

Evita complicaciones

Señales de alarma. La gripe es un proceso común, pero en algunos casos se complica. En estos casos debemos acudir al medico, especialmente si padecemos estos síntomas.

Congestión de dos o más semanas, con agravamiento posterior.

Síntomas severos: dolor, fiebre, expectoración verdosa.

Disnea: falta de aire, te quedas sin respiración.

Niños y niñas de hasta tres meses, embarazadas, personas de la tercera edad de más de 75 años o con patología respiratoria previa.

CUATRO  PLANTAS QUE AYUDAN A COMBATIRLA

Equinácea. Idónea para prevenir gripes y resfriados, no tanto para tratarlos. Toma una caja (3 cápsulas al día durante 10 días) al llegar el invierno, como protección y estímulo de las defensas

Ajo. Expectorante y con cierto efecto antiinfeccioso. La mejor manera de tomarlo es crudo, 1 diente al día. Las sopas de ajo conservan el poder expectorante (no el antiinfeccioso).

Violeta. Planta pectoral por excelencia, reduce la tos, alivia la expectoración y el dolor, es discretamente tranquilizante y tiene un sabor magnifico, todo lo cual es ideal contra la gripe.

Mentol. Un vaho aromático con mentol o aceite esencial de pino, eucalipto o abeto tiene una acción pectoral, alivia el dolor y mejora la expectoración. También hay cremas con mentol.


REMEDIOS CASEROS  DE EFICACIA PROBADA

Consejos para superar la gripe que han pasado la prueba más difícil, la del tiempo: se utilizan desde hace siglos.

Infusión pectoral. Prepara una infusión con tomillo, sauce, malva y violeta, y la endulzas con miel añadiendo un chorrito de limón. Puedes tomar esta infusión tres o cuatro veces al día como tratamiento de la gripe.

Descansa. El cuerpo nos suele indicas muy bien qué debemos hacer, y ante la fiebre, el dolor de cabeza y la tos nos pide que descansemos Es muy importante para pasar la gripe con los menores efectos posibles.

Hidrátate bien. Bebe agua o infusiones para mejorar la eliminación por los riñones y, especialmente, para evitar la tos seca sin mucosidad. El agua es depurativa y a veces, en un proceso gripal, es lo único que nos entra. No te preocupes si comes poco, esto también es una respuesta del cuerpo ante el proceso febril.

La miel. Tiene acción pectoral y antimicrobiana, es eficaz en todas las edades y se puede consumir a partir de los doce meses de edad. Una forma de consumirla es disolverla en agua caliente o en una infusión. Un chorrito de limón le va estupendamente para completar el efecto terapéutico.

domingo, 1 de diciembre de 2019

EQUILIBRANDO ENERGIAS



Un nuevo paradigma del ser se está abriendo.

 
Está aquí a nuestro alrededor. Pero a veces es muy difícil equilibrar la conexión a este "nuevo mundo" con el día a día en la sociedad que vivimos, sobre todo, porque no todo el mundo está todavía leyendo este divino 'guion'.

 

Vivimos en un mundo que está fuera de equilibrio con la naturaleza, y por lo tanto fuera de la alineación con la armonía natural del universo.

Como conciencia separada y luego condensada en la forma, la Conciencia de Unidad sigue desestabilizando las energías de baja vibración, mientras realiza el viaje de regreso a la fuente.

 
Son muchos los que han despertado y más que nunca, se está sintiendo la combustión interna del cambio. Esto hace que se honre y exprese la verdad de cada uno, en cada momento, no sólo con palabras, sino en toda acción física, emocional y metal que tomemos. Con nuestra actitud conseguiremos una limpieza interna de la energía y de los patrones de comportamiento bloqueados y obsoletos.

 
Así que después de despertar, el primer reajuste es conectarse hasta este flujo interminable de la verdad y el amor, dándonos cuenta de que todo lo que sucede sirve para expresar nuestra verdad como acción correcta. Esto no significa enjuiciar las cosas como “bueno” y “malo” o “correcto” y “equivocado”. Significa que cada acción debe estar alineada con el flujo universal.


No siempre es fácil expresar el alma. Podemos sentir en nuestro interior una confrontación, a veces un conflicto, a medida que desafiamos las formas de antaño. Sobre todo, no es fácil debido a la Matrix en la que vivimos.


La Matrix se ha convertido en un gran desafío para todos aquellos que quieren expresar y vivir la verdad más elevada. No solo eso, sino que la Matrix actualmente posee todos los recursos, si queremos sobrevivir, tendremos que interactuar con ella de alguna manera. A pesar de que la mayoría de gente que nos rodea, no siente la conexión universal que fluye como nosotros la sentimos. 

 
 Aquí es donde tenemos que invocar la fuerza y el equilibrio del Rayo 4, que es el que nos ayuda a mezclarnos con múltiples realidades, nos ayuda a empatizar y también nos influencia para aceptar incondicionalmente. Este Rayo 4 es el “puente entre los mundos”.


¿Cómo llevamos esto a la vida diaria?

 
Primero tendremos que reconocer que estamos aquí para influir y cambiar las energías de la realidad. No se supone que debemos estar aislados, por el contrario tendremos que relacionarnos con los demás, incluso si la gente reacciona con ira o con miedo. Si nos damos cuenta de esto, volvamos nuestra mente hacia el interior y sentiremos una cascada de calma fluir alrededor nuestro, como expresión de nuestro equilibrio.

 
En segundo lugar, mientras permanecemos con los pies en la Tierra, debemos de reconocer y honrar la verdad del otro. Aunque notemos que esa es de baja vibración, todavía es su verdad y es real para él. No debemos esforzarnos en influenciar, no llegaríamos a ninguna parte y crearíamos una situación violenta.

 
Lo creamos o no, estamos viviendo en dos mundos en este momento. El paradigma más alto está infundiendo a este mundo inferior, trabajando para transformarlo. Hay una fuerte dependencia de la muleta de los viejos comportamientos. Los valores del viejo mundo están acostumbrados a estar en la sombra, y les asusta la luz.

A pesar de todo, nos damos cuenta de que estamos en un mundo creado por la ilusión en el que nuestro propósito debe de ser la expresión de nosotros mismos, y así, permanecer en la verdad.

Al hacerlo, no solo nuestra vida será más fácil, nosotros nos convertimos en un poderoso facilitador.

 
Nos convertimos en un puente entre los mundos.

miércoles, 13 de noviembre de 2019

EMOCIONES PRISIONERAS





A veces, quisiéramos correr como lobos y encaramarnos a la montaña más alta para poder aullar y contarle a la luna todo lo callado, todo lo escondido y jamás dicho en voz alta. Quizás podamos hacerlo pronto, cuando la indecisión, las apariencias y el miedo al “qué dirán” no sean más que una molesta bruma.
Vivimos en una cultura que se resiste a la emoción, todos lo sabemos. Tanto es así, que cuando un niño cumple cinco años empieza ya a desarrollar ciertos mecanismos de represión, contendrá las lágrimas, se guardará ciertas palabras y bajará el rostro, cumpliendo así parte de esos mandatos tan habituales en el mundo de los adultos, a saber: “no llores, no digas, no expreses” (Robert Lee Frost)
Iniciarse desde bien temprano en “la cultura de las emociones prisioneras” no tiene una única consecuencia. No solo supone llegar a la madurez siendo un esclavo de los silencios y las verdades, a menudo, el niño al que se entrena en el aprendizaje de la emoción soterrada, acaba encontrando múltiples formas a través de las que expresar lo escondido, canales por donde emerge a menudo la agresividad, la rabia o el desafío constante.
Decía Sigmund Freud que la mente es como un iceberg. Solo la séptima parte de ella emerge fuera del agua, el resto, yace soterrado, sumergido en un universo helado donde habita todo lo callado, lo reprimido y todas las palabras que hemos elegido reservar por miedo a las consecuencias.
En más de una ocasión, cuando un conocido nos ha preguntado aquello de “¿Te ocurre algo? No tienes buena cara”, hemos respondido con un apresurado “No, no. Estoy bien. Todo va bien”. Con esa frase sellamos una retirada a tiempo, utilizando un formalismo común que todo el mundo practica el de las falsas apariencias. Porque a nadie le importa que nuestras partes rotas se sostengan en un hilo, porque entendemos que el dolor emocional es para los rincones privados de uno mismo.
No obstante, el verdadero problema nace muchas veces de nuestra incapacidad para desahogarnos ante personas que nos importan, No lo hacemos porque pensamos que “exhibir” el dolor, la molestia o la inquietud supone perder nuestro poder personal.
De algún modo, el revelarle a los demás que no somos felices , por determinadas circunstancias o por hechos muy concretos, hace que desarrollemos cierta “codependencia”, es decir, nos sentimos más responsables de cómo reaccionan los demás ante este hecho en concreto,, que de nuestras propias circunstancias.
 Atribuirle más valor a la posible reacción ajena que al problema de base hace que optemos por dejar las cosas como están. Hemos callado tanto tiempo que aguantar un poco más, a nuestro parecer, no importa. Pero no es conveniente. Nadie es un eterno funambulesco de sus propias cuerdas flojas, porque tarde o temprano esa cuerda se romperá y acabaremos cayendo. Lógicamente, cuanto más alto hayamos escalado en esta dinámica, el golpe y las consecuencias serán mayores.
Eres todo lo que has callado, pero mereces ser libre.
Este dato es curioso y vale la pena recordarlo: cuando algo nos desagrada, nos hace daño o nos molesta, como una palabra de agudo desprecio, el cerebro tarda apenas 100 milisegundos en reaccionar emocionalmente. Más tarde, en apenas 600 milisegundos registrará esa emoción en nuestra corteza cerebral. Para cuando nos digamos a nosotros mismos aquello de “no me afecta lo que he escuchado, voy a hacer como si no me importara”, ya será tarde, porque nuestros mecanismos cerebrales ya han codificado ese impacto emocional.
Nos han enseñado que demostrar nuestras auténticas emociones es malo, que quien dice la verdad agrede y que siempre será mejor hacer uso de una mentira sutil antes que poner en voz alta una amarga verdad. Pero no es cierto. Se puede ser asertivo sin ser agresivo. Es más, sería bueno que empezáramos a cambiar la clásica idea de que la emoción es lo opuesto a la razón, porque tampoco es cierto.
Permitirnos experimentar plenamente los sentimientos nos ayuda muchas veces a entender nuestras necesidades. Ofrece luz a muchos vacíos de pensamiento donde a menudo, los llenamos de falsas ideas: “si aguanto un poco más, las cosas pueden mejorar”, seguro que no sentía lo que me ha dicho, mejor hago como si no pasara nada”. Entender, escuchar y sentir en plenitud nuestras emociones es una necesidad vital que practicar cada día.
Debemos iniciarnos en el arte de la asertividad, en el sano ejercicio del “yo siento-yo merezco”. Debemos aullar a la luna, a la noche y al día todo lo que somos, lo que necesitamos y lo que valemos. Ya basta de priorizar en cada momento y a cada segundo las emociones ajenas a las propias. Es el momento de vivir sin miedo.  

sábado, 9 de noviembre de 2019

NO SE PUEDE VOLVER ATRÁS





Hay heridas que en lugar de abrirnos la piel nos abren los ojos. Cuando eso ocurre, no cabe otra opción más que coger los pedazos rotos de nuestra felicidad perdida para recomponer la propia dignidad. Un amor propio necesario para seguir adelante con la cabeza alta y la mirada firme, sin mirar atrás, sin mendigar realidades imposibles.

Este acto de descubrimiento o toma de conciencia de una verdad no siempre llega tras un acto doloroso que nos golpea sin esperarlo y sin anestesia. A veces acontece de forma sibilina, tras muchos pocos que al final hacen “un mucho”, como un rumor discreto pero persistente que al final nos convence de algo que quizá ya sospechábamos casi desde un principio.

MIRAMOS PERO NO VEMOS.

Dentro de una concepción más espiritual, es común hablar de lo que se conoce como el “tercer ojo”. Es, sin duda, un concepto interesante y curioso que en sus raíces tiene mucho que ver con esta misma idea.

Para el budismo y el hinduismo en este ojo se localiza nuestra conciencia y esa intuición que favorece un adecuado despertar personal. Un nuevo estado de atención en el que podemos percibir ciertas cosas que en otros momentos se nos escapan.

Porque ese es quizá el mayor problema que tenemos las personas: miramos pero no vemos. En ocasiones, nos dejamos llevar por nuestras rutinas hasta desdibujarnos en la insatisfacción. También es habitual que nos dejemos atrapar en relaciones en las que lo damos todo, sin percibir que lo que obtenemos a cambio es el veneno de la infelicidad.

Abrir los ojos a estas realidades no es un simple despertar a la conciencia, es un acto de responsabilidad personal.

Es momento de abrir los ojos

Fue Aristóteles quien dijo que son nuestros sentidos quienes se limitan a captar la imagen del mundo exterior como un todo. En este sentido, solo cuando hay una clara voluntad podemos ver la verdad, es entonces cuando la mente toma un contacto auténtico con lo que le rodea y sus reveladores detalles.

Conseguirlo no es fácil. Se necesita intencionalidad, intuición, sentido crítico y, ante todo, valentía para ver las situaciones y circunstancias reales, y no como nos gustaría que fueran.

Decir que muchos andamos por nuestra realidad con una venda en los ojos puede sonar desolador, pero cuando las personas acuden en busca de un terapeuta para encontrar el origen de su ansiedad, su cansancio, su mal humor y de esa apatía vital que les quita el ánimo y la esperanza, el profesional realiza varios descubrimientos.

A veces hay una férrea resistencia a ver las cosas tal y como son en realidad. “Mi pareja me quiere. En ocasiones me trata mal, pero cuando arreglamos las cosas, vuelve a ser esa persona maravillosa que tanto me ama”. “Tuve que dejar la relación con esa chica porque a mis padres no les agradaba, pero ellos siempre han sabido lo que era mejor para mí..”

Las personas nos negamos muchas veces a ver las cosas tal y como son por diferentes razones: por temor a vernos a nosotros mismos y descubrirnos, por miedo a tener que afrontar una verdad, por temor a la soledad, a no saber cómo reaccionar…Estas resistencias psicológicas son obstáculos mentales, mecanismos de defensa que alejan la felicidad.

No se nos puede olvidar que la felicidad es, por encima de todo, un acto de responsabilidad. Porque cuando por fin uno lo consigue, cuando logramos abrir los ojos, ya no hay vuelta atrás: es momento de actuar.

COMO APRENDER A ABRIR TUS OJOS

Un modo sencillo, práctico y útil de aprender a abrir los ojos a la verdad es dando un descanso a nuestra mente. Sabemos que puede resultar paradójico, pero no se trata de silenciarla, de apagarla o quitar las llaves al motor de nuestros procesos mentales. Se trata, simplemente, de desacelerar para encender ese “tercer ojo” del que hablan los budistas.

PASOS QUE HAY QUE SEGUIR

Sitúate en un lugar relajado, libre de estímulos que capten la atención de tus sentidos más físicos (sonidos, olor, sensaciones de frío, agobio o presión ambiental)
Cuando intentamos aquietar la mente, es común que al instante, irrumpan molestos pensamientos automáticos, intrusivos y carentes de utilidad: cosas que hemos hecho, que hemos dicho, que nos han pasado, que otros nos han dicho…

Cada vez que llegue hasta ti uno de estos pensamientos intrusivos, visualiza una piedra que es lanzada a un estanque. Imagina como cómo impacta contra la superficie del agua para después, desaparecer.

A medida que logremos controlar y apartar los pensamientos automáticos y sin utilidad, llegarán poco a poco esos otros donde se inscriben los miedos, las molestias, e incluso esas imágenes que se hallan grabadas en nuestro subconsciente y a las que no habíamos prestado atención (una falsa sonrisa, una mirada despectiva..)

Es momento de reflexionar sobre esas sensaciones e imágenes para preguntarnos  por qué nos hacen sentir mal. Lo importante es evitar justificaciones y juicios rápidos (mi pareja me ha dicho esa palabra despectiva porque seguramente, yo lo he provocado)

Debemos ver las cosas tal y como son, aunque nos parezcan crudas, aunque descubramos que son terriblemente dolorosas.

Para que este ejercicio traiga resultados y nos permita abrir los ojos debemos practicarlo a diario. La verdad ascenderá tarde o temprano hasta nosotros para quitarnos la venda de nuestro corazón y esos cerrojos donde nos hallábamos atrapados e insatisfechos.

Tras esto, ya no seremos los mismos y solo cabrá una opción, una salida y una obligación personal: mirar hacia delante, hacia nuestra propia libertad y felicidad. Quedarse atrás queda ya terminantemente prohibido.


lunes, 28 de octubre de 2019

ALIMENTO PARA TU PIEL





La rúcula 


Tu piel estará elástica y protegida con rúcula. Las hojas de rúcula poseen antioxidantes que aumentan la resistencia de la piel a las radiaciones ultravioletas del Sol. Protegen la elasticidad de la piel y previenen infecciones. Además aporta nutrientes y compuestos amargos que favorecen la digestión.

Es muy rica en ácido fólico (80 g aportan el 40% que se requiere al día) y vitamina C (el 20%). Su contenido en calcio es también notable: 80 g cubren más del 15% de las necesidades diarias. Disfruta de la rúcula en ensaladas con otras hojas, tomate y aceitunas; o en la pizza, añadiéndola justo antes de servirla.

Las brevas.

Las brevas que puedes consumir de mayo a junio son higos que no maduraron el verano pasado y se quedaron todo el invierno en el árbol como pequeños botones. Son más grandes y más dulces que los higos. 

El betacaroteno y el zinc de las brevas ayuda a mantener la salud de la piel. Además el látex de su piel se usa en medicina natural para tratar las verrugas y la psoriasis.  Son ricas en fibra prebiótica, que refuerza la microbiota, y en calcio (34 mg en 100 g).

El plátano.

El plátano es oro para la dermis. Fácil de llevar y pelar, el plátano es un tentempié ideal porque ofrece  una ración de energía en cualquier momento, gracias a su riqueza en hidratos de carbono. No tires la piel, pues la puedes añadir a tus smoothies para enriquecerlos con luteína, un compuesto que protege la salud de la piel y de los ojos (previene la degeneración macular.

El potasio que contiene lo convierte en un aliado frente a la hipertensión arterial que compensa el efecto del sodio, demasiado abundante en la dieta que la mayoría de personas. También aporta magnesio (36 mg/100 g) y vitamina B6 (o,37 mg).

Es un regulador de la digestión, el plátano algo verde puede ayudar a frenar las diarreas y el bien maduro alivia el estreñimiento. Otra propiedad es que protege la mucosa del estómago y de los intestinos.

Aguacate contra la inflamación

El aguacate es una fruta extraordinaria por su pulpa rica en grasa saludable. Además se puede extraer de ella un aceite con múltiples propiedades beneficiosas. Para extraer el aceite solo hay que hacer un puré con la pulpa calentarla y separar la fibra.

La grasa monoinsaturada predomina en su composición con el 71 % de los ácidos grasos. El resto son saturados (13,5 %) y poliinsaturados ( 12%) con una pequeña dosis de omega-3. Este perfil graso favorece el control del colesterol (reduce el malo y aumenta el bueno) y de la hipertensión arterial.

En la artrosis y la artritis, la ingesta de aceite de aguacate puede resultar beneficiosa por sus propiedades antiinflamatorias. Puedes utilizarlo en la preparación de recetas igual que el aceite de oliva.

El albaricoque.

Los albaricoques rebosan de vitaminas antioxidantes C y A (esta en forma de betacaroteno) 100 g aportan respectivamente el 20 y el 40 % de las necesidades diarias. Es una fruta antiaging porque las vitaminas, junto con las catequinas y otros flavonoides, actúan contra los radicales libres que dañan los tejidos del cuerpo. La piel es una de las beneficiadas con el consumo habitual.

El melón.

El melón charentais, que se caracteriza por las estrías oscuras que parecen dividirlo en gajos, es una variedad de cantalupo, todavía más aromática. La pulpa anaranjada es rica en provitamina A (16 g mcg/100 g ), buena aliada de la piel, la vista y las mucosas. Y también en vitamina C, que refuerza el colágeno. Puedes obtener hasta el 85 % de la vitamina C que necesitas cada día comiendo 3-4 buenas rodajas ( 200 g, casi la mitad de un melón )

Además te hidratara, pues como la mayoría de las frutas es agua en un 90 %. Ingerir una cantidad suficiente de agua es importante para la piel, y también para el funcionamiento del corazón, los riñones y el sistema digestivo.